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viernes, agosto 13, 2010

JAIME Y TRINI

Si fueran cantantes podrían ir perfectamente a hacer el ridículo en Eurovisión. Son Jaime y Trini, la pareja de moda, el tándem ganador. Con ellos, el PSOE "va a tomar Madrid".
Trini es el exponente de lo que se lleva ahora para cumplir con eso de la corrección política: una mujer de partido. Tan de partido es que su currículum fuera del PSOE se reduce a haber estudiado Derecho y a haber estado casada con un diplomático. Ha tenido todo tipo de "cargos" de partido dentro del PSOE, casi todos vinculados a las relaciones internacionales, a las oenegés, a la paz mundial y al buenismo imperante. El mismo buenismo que nos lleva a dar las gracias y a poner la otra mejilla para que nos la ahostien cada vez que a Mohamed VI le da el capricho de aligerar su vientre real sobre nuestras instituciones o sobre nuestros funcionarios y que hace que nadie propine un puñetazo sobre la mesa y defienda lo que es nuestro. 
Su gestión en cargos políticos de verdad es tan escasa como discutible: de hecho es diputada solamente desde 2008. Ha sido concejala del Ayuntamiento de Madrid y Secretaria de Estado de Relaciones Iberoamericanas. Y su mayor logro ha sido perder unas elecciones a la Alcaldía de Madrid frente a Ruiz Gallardón en 2003 y haber despilfarrado 266 millones de euros en comprar 37 millones de vacunas para hacer frente a una pandemia inexistente. Pero luego con chupa de cuero, ese pelo lacio que cae como una cascada rubia por sus hombros y esa sonrisa que se le derrite en los labios, gana mucho, créanme. Esta es Trini la ganadora, la que ahora prueba con la Comunidad de Madrid. Esperanza debe estar frotándose las manos...
Jaime es como mi ojito derecho. A pesar de ser un arribista con las peores formas, capaz de meter en el saco de la sospecha a todo el pelotón ciclista, al menos es un personaje con una carrera científica, profesor de química orgánica y científico titular del CSIC durante años. Hasta que descubrió la política y se dio cuenta de que es mejor experimentar con humanos que con bacterias. Consejero de Educación de la Comunidad de Madrid en los Gobiernos de Joaquín Leguina, a Jaime sí hay que reconocerle experiencia en la gestión pública. Y diría más: es un maestro de la política. Sólo así cabe calificar a un político que ha sabido currarse los puestos más golosos del panorama, fundamentalmente el de presidente del Consejo Superior de Deportes y Secretario de Estado para el Deporte. Un suplicio de puesto: todo el día viajando, viendo partidos que a nadie interesan, asistiendo a Juegos Olímpicos y a todo tipo de Campeonatos, besando trofeos, haciéndose fotos con Rafa Nadal, con la selección española de fútbol, con la de baloncesto, con Fernando Alonso, con Contador. Un puesto realmente cansado, de muchísima responsabilidad y apenas pagado con dietas de poca monta. Jaime es un maestro de maestros, tanto que hasta Zapatero ha aprendido de él (con retraso, como corresponde a un retrasado) y se ha autonombrado "Ministro de Deportes". Que el cielo nos proteja y me equivoque, intuyo el inicio del fin de nuestros éxitos deportivos.
Jaime tiene mucho que enseñar a Trini. Puede enseñarle, por ejemplo, cómo se hace para tener contento al jefe supremo aunque eso suponga darle la patada y afearle la conducta en su cara al que te invita a su casa para presentarte en sociedad como candidato. Pobre Tomás Gómez. Pero ya se sabe, pedir primarias es profundamente antidemocrático. A quién se le ocurre. 
Mi abuelo, que era hombre de campo, sin pelos en la lengua y que no sólo se negaba a ir a misa, sino que se sentaba al fresco mientras todo el pueblo vestido de domingo desfilaba ante su sonrisa burlona, camino de la iglesia, le llamaba a eso ser un hijo de puta. Yo le llamo ser un utilitarista con perspectivas a corto, medio y largo plazo. No vaya a ser que me caiga una demanda por faltarle al respeto a un cargo público y a una carga pública.