CONECTADOS AHORA

Buscar este blog

miércoles, mayo 11, 2011

PRESIDENTE, ONGI ETARRA.

Buenos días, presidente (con minúscula): 
Ha dicho usted ayer en pleno delirio mitinero, que los que dicen que ha habido recortes sociales bajo sus mandatos "mienten como bellacos" y que su etapa ha sido la más prolífica en derechos sociales prácticamente desde que reinó Leovigildo.
Pues bien, ya que usted ha pasado la tenue frontera del insulto personal, me permitirá -como ciudadano que ha visto recortado, gracias a usted, su antaño intocable sueldo de funcionario de carrera (o sea, por oposición libre)- que exprese mis más íntimos pensamientos acerca de usted. Y ya que usted me ha insultado, espero que no le importe que yo me tome la misma licencia.
Si dijera que es usted el peor presidente de la democracia, no diría nada nuevo, de todos es sabido aunque muchos lo callen para no perder aquello que les nutre (ideologías llenas de prejuicios o bolsillos llenos, elija usted). Más bien creo que es usted un puto inútil que se encontró con una victoria inesperada, y que renovó el éxito electoral gracias a un país aborregado y hábilmente dirigido para que trague y crea que mañana escampará. 
Un puto inútil que negó una crisis por activa y por pasiva, que llamó "antipatriotas" a los que hablaban de ella, y que creyó que la economía es una optativa que se aprende en dos tardes. Un puto inútil que dejará 5 millones de parados, una economía creciendo al 0,2% con una inflación superior al 4% (estanflación se llama eso, querido ignorante, viene de estancamiento e inflación. Apúnteselo) y un país moral y económicamente hundido. 
Es usted un ignorante y un indigno, tanto como para decir que Angela Merkel era "una fracasada" y luego ir mendigando su atención por los foros internacionales, donde los líderes mundiales le han dado menos bola que el cantante de Barricada a Vivaldi.
Pero no sólo es usted un puto inútil, un ignorante y un indigno. No, la cosa va mucho más allá. Es usted un narcisista y un lunático que se inventa su propia realidad y se la cree (lo cual ya empieza a ser clínicamente grave). Es usted además un cínico de cínica sonrisa y un mentiroso compulsivo. Ni siquiera llega a ser un manipulador, porque como decía Maquiavelo, "para ser manipulador hay que ser inteligente". Para hacerle el caldo gordo de la sopa ya tiene usted a Rubalcaba, otro preboste de la democracia y de los juegos de manos, hábil reventador de jornadas de reflexión y muñidor de chivatazos.
Ha formado usted gobiernos indecentes con cuotas femeninas insultantes, con ministros y ministras de vergüenza ajena, con vicepresidentes aquejados de dislexia mental que tienen hijos comisionistas y que alentaron malversaciones de caudales públicos sin despeinarse.
Y para rematar, es usted cómplice de los terroristas, de terroristas como ese cabrón que ayer enarbolaba -nada más salir de la cárcel- una bandera de Bildu pidiendo el voto para esos nuevos demócratas que vivirán ahora de nuestros impuestos gracias a la manipulación de la justicia (con minúsculas) que su gobierno ha propiciado. Un amigo fiel de los terroristas, de los asesinos en masa de casi 1.000 personas (hombres, mujeres, niños...) y un traidor contumaz a esas víctimas y a sus familias y amigos. Es usted despreciable.
Pero no sólo es usted un puto inútil ignorante, indigno, cínico y cómplice de los terroristas. Además es usted un irresponsable que ha producido daños irreparables a este país: como muestra valga decir que su política autonómica (por llamarla de algún modo), con ese mascarón de proa llamado "Estatut", esa política que ha roto definitivamente la unidad de mercado, ha motivado la salida del 80% del capital extranjero que estaba asentado en nuestra economía, dada la inseguridad jurídica reinante y las diferencias de trato al sector empresarial en las distintas CC.AA. Ahora vaya a venderle las Cajas de Ahorros a precio de saldo a los chinos y a los qataríes y encima díganos que es un éxito más de su gestión. Payaso.
Es usted un irresponsable que ha hundido el prestigio de instituciones que, como el TC, se lo ganaron a pulso, a base de la calidad profesional y humana de magistrados que se dejaron en esa colmena su cerebro (Dª Gloria Begué Cantón, entre otros muchos) y su sangre (D. Francisco Tomás y Valiente, va por usted). Ese TC cuya presidenta hace dos años bajaba la cabeza y se dejaba abroncar públicamente en el desfile de las FF.AA. por la Sra. de la Vega. Ella, Pascual Sala y todos los demás se han ganado bien el sueldo. Qué pena...
Es usted un puto inútil ignorante, indigno, cínico, cómplice de los terroristas y un irresponsable, pero todavía hay más. Es usted un vago. Alguien que abandona reuniones vitales para los intereses de nuestro país "porque le gusta dormir en casa" no es digno del cargo de presidente del gobierno. Alguien que se queda dormido en mitad de un foro europeo donde se están ventilando fondos comunitarios de miles de millones de euros... sólo puede ser un vago y un irresponsable.
Espero que las urnas le pongan en su sitio, valiente hijo de puta, y que la historia le juzgue con la misma severidad con la que usted ha desgobernado a este rebaño de ciudadanos que dormitan ante sus errores, sus rencores, sus traumas, sus inconsciencias y sus alevosías. Espero que encuentre un lugar donde vivir cuando deje La Moncloa, porque me consta que en León no quieren ni verle. Váyase de gira perpetua con su mujer, a cantar la Traviata y no aparezca más por este solar, por favor.
En fin, yo seré un mentiroso y un bellaco (gracias por insultarme gratis), pero usted es un un puto inútil, un ignorante, un narcisista, un lunático indigno, un cínico, un cómplice de los terroristas sin pasamontañas, un vago. Un auténtico hijo de puta (y que me perdone su señora madre, que sólo tiene la culpa de haberle parido). Y no, en su caso no se trata de insultos. Se trata de una mera calificación.
En fin, Sr. presidente. ¿Qué más puedo decirle? Yo no tengo una tribuna ante la que vociferar. No tengo medios de comunicación a mi disposición para esparcir toda la mierda que se me ocurra, como hace usted. Sólo tengo mi blog y la libertad de decirle lo que me sale de ahí. 
Y dicho esto, sólo me queda decirle... que se vaya usted a vacilar a su puta madre.