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viernes, abril 30, 2010

ARCO Y EL RELATIVISMO

Cada vez que los medios de comunicación vuelven a recordarnos (y lo hacen una vez al año) la celebración de ARCO, un escalofrío recorre mi espinazo biónico. Aunque mi naturaleza no es totalmente humana, sin embargo he sabido desarrollar en estos 138 años de estancia en la Tierra un cierto sentido de admiración hacia determinadas formas de expresión humanas, y en concreto el arte es una de ellas. En mis archivos hay multitud de información sobre la etiqueta "arte", y los cuadros de Kandinsky se alejan bastante de la definición, a pesar de que grandes galerías y museos como el Reina Sofía hayan acogido su "obra". 
Soy biónico, pero no gilipollas. Y exijo un respeto a los humanos. Una raya negra pintada en horizontal sobre un lienzo blanco, no puede ser arte, Sr. Kandinsky, no me tome por imbécil. Que hay cuadros de usted que podrían ser obra de una humana de 6 años.
Cuando me programaron ya me advirtieron que categorías como el "arte" son predominantemente subjetivas para los humanos, que lo que a mi me resbala por los circuitos a otro le puede despertar una lágrima. Pero aún así. Observo que el arte se ha convertido en comercio. Estos humanos tienden a monetizarlo todo. Cualquier día, un artista momificará a su madre y la expondrá en un museo.
De acuerdo, el arte clásico es muy antiguo (por eso es clásico), pero no me cabe en la CPU que ciertos humanos sean capaces de igualar en calidad artística una obra de Vermeer, de Velázquez o de Monet, a los bodrios que se ven hoy día en los museos. 
Incluso si acudimos al arte moderno y contemporáneo, son evidentes las diferencias entre los grandes maestros impresionistas, los expresionistas, que beben -recordémoslo- de fuentes clásicas, del expresionismo oriental, con  las bazofias que determinados "artistas" de hoy venden a los humanos del planeta. Por ejemplo Barceló. Se me ocurre. Por poner un ejemplo de tantos.
Desde mi naturaleza biónica, integrada mayoritariamente por circuitos digitales y por cables de conducción óptica, he de decir que esto es un divertimento, en realidad el arte -como diría un humano- me la suda. Pero me duele (y ya es raro que robóticamente sea capaz de sentir dolor alguno) que haya alumnos en Facultades de Bellas Artes capaces de maravillar y de despertar una lágrima en un androide como yo (Esther Morales, va por ti), mientras que esos aventajados del arte, esos cómplices de los mercados galerísticos, venden su mierda escultórica a millones de zombies babeantes a cambio de miles de euros.
Me dijeron en la base que no me metiera en cosas de humanos, que el arte es relativo, que en unas personas despierta emociones y en otras no. Ya. Si fuera un poco más humano podría acercarme sigilosamente a usted por la espalda y arrearle una hostia con mi brazo biónico. Seguro que despierto en usted alguna emoción, y hasta soy capaz de arrancarle una lágrima. Y por ello ¿es arte? No. 
No todo lo que despierta emociones es artístico. Ni todo lo artístico es monetizable, a pesar de que en ello se empeñen las casas de subastas. 
En ARCO se ven obras que sorprenden, que rompen con el tópico. Las llaman de muchas maneras los humanos: instalaciones, performances... También el salpicadero de un coche forrado en piel de vacuno rompe con el tópico de lo que deben ser los salpicaderos, y aunque el macarra de turno vaya -brazo en ventanilla y horror de Camela a todo volumen- orgulloso de su proeza animal, eso no puede calificarse como "arte". No puede serlo. Y si lo es, que me aspen.
Mi inteligencia artificial todavía es capaz de separar el arte de la basura reciclada. Y los humanos deberían empezar a diferenciar entre lo artístico, por un lado y lo raro o lo sorprendente, por otro.
Soy matemáticamente perfecto, pero sentimentalmente limitado. Quizá por eso no comprendo que haya humanos que se paran a admirar la taza de un W.C. colocada en la esquina de la sala de un museo.
Pero ¿qué mas da? Al fin y al cabo sólo he venido a este planeta bajo una apariencia humana con un plan prediseñado que no puedo revelar. Aunque como seguro que casi nadie me lee, puedo revelarlo. Estoy en Salamanca, haciendo como que soy funcionario, pero en realidad estoy escaneando, milímetro a milímetro, la estructura tridimensional de la Catedral Vieja. Mis jefes quieren una réplica perfecta en la estrella AJH626-22.
A veces me aburro cuando tengo tiempo libre, y mi cerebro electrónico reflexiona sobre las cosas que veo, nada más.
Mi amiga humana me ha ayudado, no crean. http://ansiacreadora.blogspot.com/

jueves, abril 29, 2010

SUICIDIO ECONÓMICO

Podría decirme esa optimista enfermiza y lenguaraz llamada Leire Pajín en las cinco lenguas del Reino -y hasta en bable- que soy un catastrofista y un antipatriota, y quizá el título de este comentario sea un poco fuerte, lo reconozco, pero aún así, seguiría titulando mi vomitona de hoy de igual modo: "suicidio económico". Es a lo que nos abocan un Gobierno paralizado por los acontecimientos, y una oposición que cacarea mucho pero que es incapaz de trabajarse los apoyos parlamentarios suficientes para presentar una moción de censura cuya necesidad ya es clamorosa. Porque si entre unos y otros nos van a mantener en esta caída libre digna del mejor film de Hitchcock los dos años que quedan hasta las generales, por favor, nos lo digan, que lo mismo con los pocos ahorros que nos quedan podemos emigrar a algún país nórdico.
Ya no sólo es que resulte demoledor el dato del paro, que hasta se escapa de los ordenadores del INE por error y pone a la interpelada ministra Salgado en la lamentable y balbuceante situación de tener que utilizar en las Cortes el argumento de que se trata de un dato "no oficial", mientras nada se sabe del Ministro de Trabajo. Esas imprudencias causadas por la inexperiencia y/o por los nervios del momento, ya son lo de menos.
Ya no es que S&P, una de las tres principales agencias de calificación de riesgos, haya rebajado -de nuevo- la calificación del Reino de España, lo que ha provocado una brusca caída de la Bolsa, una caída del IBEX superior al 4% (lo que supone, en pasta, una caída de centenares de millones de euros, y lo que es peor, una caída en la confianza de los inversores). Y es lo de menos que la Vicepresidenta De la Vega trate de matar al mensajero cargando su propia irresponsabilidad y la de su Gobierno en dichas Agencias, al quejarse porque nos califican mal. Claro, soberana ignorante, el trabajo de las Agencias de riesgos es precisamente calificar riesgos, y el de los Gobiernos, aplicar políticas económicas. Es lo que tiene el mercado. 
Ya no es que este Gobierno esté más perdido que el fotógrafo del B.O.E. y desconozca las leyes económicas básicas que cualquier estudiante de Ciencias Económicas conoce en segundo de carrera, una de las cuales sostiene que la recaudación sólo se recuperará cuando las empresas vuelvan a ganar dinero de forma significativa y se cree suficiente empleo para que aumente la recaudación por IRPF, IVA e Impuesto de Sociedades. 
Ya no es que el déficit público se haya incrementado de nuevo en los tres primeros meses del año y supere el 10% (recordemos que nuestra tasa se acerca peligrosamente a la tasa de déficit público de Grecia, en torno al 13%), a pesar de las promesas del Gobierno de recortar el gasto en nada menos que 50.000 millones de euros, promesa que se trasladó a las autoridades económicas y monetarias europeas y de la que nada se sabe a día de hoy.
Ya no es que los expertos de la Fundación de las Cajas de Ahorros (FUNCAS) prevean un panorama desolador para las cuentas públicas este año y el próximo. Hasta el punto de que la deuda pública en circulación representará en 2010 el 66,2% del PIB, claramente por encima del 60% que impone como límite el Tratado de la Unión Europea. Y no sólo es que esa cifra haga temblar las piernas de los operadores económicos y aumente su desconfianza en las posibilidades de este país. Lo crucial es que esa cifra,  todavía por debajo de la media de la UE (83,8%), se está deteriorando a unas velocidades indescriptibles. Hay que tener en cuenta que en 2007 la deuda pública suponía tan sólo el 36,2% del PIB, lo que significa que en apenas cuatro años se habrá casi duplicado el endeudamiento del conjunto de las administraciones públicas. En otras palabras, la caída libre de la economía española pasará una factura en términos de deuda de unos 300.000 millones de euros, una cifra que supone el 30% del PIB y que llevará aparejados unos inimaginables gastos financieros que pesarán como una losa sobre las siguientes generaciones, abocadas a pagar el coste de las imprudencias económicas -cuando no de la inacción- del Gobierno actual. Decididamente, a la ministra Salgado eso de los efectos ‘crowding out’, es que no debe ni sonarle. 
Ya no es que los sucesivos paquetes (no me refiero a los paquetes del Gobierno, sino a las más de 100 minimedidas económicas aplicadas o en fase de aplicación, algunas incluso incongruentes con otras) hayan hecho en la dura capa de la crisis el mismo efecto que produciría un mosquito sobre la piel de un hipopótamo. Ni que todavía estén por ver las consecuencias -impredecibles- sobre el consumo y sobre la demanda agregada de la inminente subida del IVA, que seguramente -por la previsible contención del consumo- ni siquiera contribuirá a aumentar la paupérrima recaudación de los ingresos públicos, inferior -como siempre- a las previsiones del Gobierno.
Ya no es que el Presidente del Gobierno haya repetido más de diez veces en los últimos dos años de recesión que la recuperación era inminente, que había síntomas de recuperación y que habíamos tocado suelo, techo, y hasta pared. Y que no haya acertado en sus propias previsiones ni una sola vez, ni él ni su equipo de cerebros pensantes (los que quedaron tras la huida de Solbes)
Lo verdaderamente grave es que con este desolador panorama, el Gobierno y el partido que lo sustenta sean tan sumamente irresponsables como para pretender enfocar la atención de la opinión pública en cuestiones que a nadie interesan y que, incluso, rozan el esperpento, y no me refiero al silencio reinante en Ferraz y en la Moncloa en relación con la abierta declaración de Montilla diciendo que "no tolerará" que el Tribunal Constitucional "se inmiscuya" (tiene cojones la cosa) en lo que libremente ha decidido el Parlamento catalán (sic), ni tampoco a la campaña de acoso y derribo al Tribunal Supremo. Tampoco me refiero a los desvaríos derivados de la política de memoria histórica. 
Lo grave es que se atrevan, con toda la cara, siquiera a plantear que en el Senado se instale un sistema de traducción simultánea castellano-catalán-vasco-gallego-valenciano, con el coste absurdo que ello supone. Imagínense a sus señorías, todas ellas -se supone- castellanohablantes, debatiendo en la Cámara con el pinganillo en la oreja para poder entender las intervenciones en las distintas lenguas de Taifas de nuestro Estado de la sinrazón. Babel en versión siglo XXI. El ridículo puede ser, en efecto, planetario.
Como sostienen economistas de reconocido prestigio a los que nadie escucha, como el profesor Rodríguez Braun, el razonamiento es bastante simple: "si no hay crecimiento, la capacidad de recaudación se resiente y la única forma de sanear la Hacienda es recortar el gasto, que es lo que ha hecho el sector privado pero al que los gobernantes se resisten. En tal caso el riesgo de impago de la deuda pública aumenta, lo que presiona al alza su coste y por extensión el coste del crédito en general. España no es Grecia, claro, porque a Grecia no le presta dinero nadie a menos del 10 % (o sea, no le presta dinero nadie del sector privado), por lo que necesita préstamos públicos, mientras que a España le prestan y le prestarán, a un coste mayor, pero la mitad del de Grecia. Como los tenedores de deuda pública son los bancos, el mayor riesgo de impago afecta negativamente a su cotización y las bolsas caen. Nótese que todo esto sucede cuando el máximo derrumbe de la actividad económica ha quedado atrás: 2010 será mejor que 2009. Pero como las autoridades no cumplen con su deber, obligan por ello a pagar más, como siempre, a sus súbditos".
En definitiva, que todo este desastre -como siempre- lo pagaremos usted y yo, y entretanto, los co-responsables del desaguisado dejarán la política -esperemos que más pronto que tarde- y se retirarán a sus aposentos con una suculenta pensión vitalicia. Por los servicios prestados.

martes, abril 27, 2010

EL UNIVERSITARIO ANÓNIMO

Hace un tiempo me topé en un foro con un post firmado, al parecer, por un joven universitario. Dice así:


CARTA DE UN JOVEN UNIVERSITARIO

"Zapatero ha anunciado que dará un portátil con pantalla táctil a cada alumno de primaria. Así, sin importarle el coste, ni que estemos en crisis, ni que para qué coño usa un crío de 10 años un portátil con internet en clase, si no es para estar en el tuenti, o si el profesor estará preparado para usar ese chisme o la asignatura, para poder impartirla de forma informática. Porque en mi Facultad, Ingeniería Industrial, tenemos suerte si el profesor tiene las transparencias de la asignatura en el ordenador. No se ha preocupado de si hay enchufes en las clases, ni del pastuzo que cuesta, ni del medio ambiente.
Sólo se ha preocupado de conseguir votos, de salir en la tele, y de que seguro que de cada portátil que pagaremos entre todos, él se llevará un euro. Como hacen todos, el PSOE y el PP. Porque nadie ha dicho que eso es una soberana subnormalidad que nos va a salir por un ojo de la cara. Ni en el parlamento, ni en la televisión. Porque son todos iguales, porque lo único que les importa es lo que roban, y hacen como que discuten, pero en subirse el sueldo siempre están de acuerdo. Y ya me han tocado los cojones, ellos y quien apoya a unos o a otros.
Que ahora prohíben dar bolsas por el medio ambiente , porque esas bolsas van a la basura.. Sí señor, de hecho, las usamos para tirar la basura. Eso sí que es reutilizar las cosas. Ahora tendremos que comprar bolsas de basura, con lo que el plástico que tiraremos será el mismo. Ahora sí, pagaremos la bolsa de basura y la bolsa reusable del Carrefour.
Igual que pagamos a precio de oro la energía que se genera con las energías renovables, placas solares y molinos eólicos. Que son tan caras de construir y de mantenimiento, que si no las subvencionamos (vamos, las pagamos entre todos), no salen rentables. Que son complicadas de construir, no dan una mierda de energía, tienen una vida de pocos años, y después hay que tirarlo todo, y eso sí contamina un huevo. Porque todo el mundo que sabe un poco, sabe desde hace tiempo que la energía más limpia y más barata es la nuclear. Pero nos han comido la cabeza y nos la siguen comiendo.
Porque como en La Muela, el político de turno cobra por cada molinillo.
Hoy me tiene hasta los cojones la banca, que nos ha metido en una crisis dando hipotecas de 200.000 euros a gente con un sueldo de 600 y presentando como aval un chupa chups, y ahora cierran el grifo cuando ya se han hecho de oro. Y me los tocan los gilipollas que se lo compraron, sin preocuparse de si algún día lo podrían pagar. Y los miles de interesados que han especulado con el suelo y con la vivienda. Y ahora nadie lo paga, pero todos nos echamos las manos a la cabeza.
Porque estoy hasta los cojones de que la SGAE y un montón de soplagaitas como el Ramoncín y el Bardem, que se dicen progresistas pero tienen su casa de lujo en Miami y su yatecito en el puerto, me cobren a mí un canon por cada CD, disco duro, móvil, MP3, impresora o por cada libro que cojo prestado de una biblioteca pública, y el Gobierno les deja porque si dices algo en contra de ellos salen hablando mal de ti, y te hacen perder las elecciones.
Así que nadie les dice ladrones, que es lo que son. Que además hacen una mierda de películas que no tienen ni argumento, y sólo venden entradas porque sale el Hugo Silva en pelotas. Y para más huevos, una de las autoras de semejantes bodrios es la Ministra de Cultura. Tiene cojones la cosa.
Resulta que el criminal soy yo, por usar internet, por poner el emule, por usarlo para decir lo que me da la gana y para buscar más información que la que me dan mascada en las noticias de las tres, que la mitad del telediario es deporte y la otra mitad el tiempo, con un par de anuncios en medio, del jefe de la cadena, camuflados como noticias. Soy un delincuente por intentar pensar por mí mismo. Porque me quejo de que nos roben y nos toreen, y aun encima nos dejemos.
Igual que nos dejamos meter miedo, para intentarnos vender vacunas y mascarillas, diciendo que viene una pandemia mundial de gripe del cerdo, ahora gripe A. Igual que antes los mismos dijeron que venía la gripe aviar.
Y qué curioso que las dos veces, quien anunció al mundo que habría millones de muertos, sea el dueño de la fabrica de las vacunas y ex secretario del gobierno de George Bush. Millones de dosis de un medicamento llamado Tamiflu, que por lo que se sabe ha matado a más gente de la que ha salvado.
Pero todos callan, y si me fuerzas, le hacen la ola.
Demostrando que hay idiotas en todos lados, ahora el PP ha pedido que los padres tengan que autorizar a alguien con menos de 18 años antes de que puedan hacerse socios del tuenti o del facebook. Lo que significaría que una niña de 16 años puede abortar sin pedirle permiso a los padres, y un crío de 17 asesinar a alguien sin ir a la cárcel. Pero no pueden subir sus fotos en pelotas hechas delante del espejo. Que ya de paso sirven para que las vea el chico o la chica que te gusta... y el que no te gusta, sus amigos pajeros, y todos los cerdos pederastas de internet. Porque éste es el país donde todo el mundo hace las cosas sin pensar, tengas 16 años y lleves un calentón, o tengas 50 y seas ministro.
Cansado, de que lo que vivimos en España ya no pueda llamarse inmigración. Es una PUTA INVASIÓN, donde si ves por la calle a otro español, casi te dan ganas de abrazarlo, porque no hay más que negros, árabes, sudamericanos y rumanos.
Y les damos subvenciones y ayudas, mientras sus hijos se organizan en bandas, se adueñan de los parques, piden dinero por jugar en una pista de baloncesto, que es de todos, y mientras se pasean, buscan marrones. Ahora les daremos un ordenador de pantalla táctil, y tu hijo, al que has tenido que meter en un colegio privado para que no se junte con esa gente y hasta aprenda algo, el ordenador ni lo verá.
Pero es mejor discutir sobre si yo hablo catalán, o tú gallego, de que yo soy vasco y tú insular. Es mucho mejor que reconocer que somos un país de burros, de los últimos países en educación, con una tasa de abandono escolar que asusta, y donde estamos volviendo a que la gente no sepa apenas escribir y mucho menos sumar. Porque si yo digo "me gusta pensar, me gusta saber cosas", me miran raro, porque aquí está mejor visto ser un completo analfabeto. Y los de arriba contentos, así no piensas y votarás lo que te digamos y te venderemos lo que queramos...
Todo ello sin que la televisión diga absolutamente nada, sin que nadie haga nada. Eso sí, el fútbol y los toros que no falten, y el programa de marujeo, donde si se pegan, mejor. Un programa de callejeros o todos los
que lo imitan, donde se vea gente drogándose y yéndose de fiesta, que eso da audiencia, y la audiencia es publicidad, y vende. Y siempre es lo mismo, todo por dinero.
Nos estamos acostumbrando a ver muertes y asesinatos a sangre fría en televisión. Ya a casi nadie le escandaliza. Y aún tengo que aguantar que insinúen que la moral de los periodistas es superior, que es una profesión muy respetable, mientras los de la tele venden cada día sus principios por un punto de audiencia.
Así que escribo esto. Siento haberme extendido mucho. Si no te gusta, pues bórralo. Me da igual que lo reenvíes o que no. Sólo sé que alguien tiene que decirlo y que lo digo porque ya me han tocado los cojones."

lunes, abril 26, 2010

POPULISMO


De un tiempo a esta parte puede observarse que nuestra autodenominada clase política, esa minoría que llena sus estómagos y que hace como que trabaja gracias al trabajo de la mayoría, está cada vez más radicalizada. Bueno, no toda. Nuestra clase política (a ellos les encanta que les llamemos así) se mueve últimamente entre el extremismo y la incapacidad. 
El extremismo de un Gobierno que, acosado por una crisis económica que siempre le ha superado, sólo ve una única tabla de salvación para no hundirse en las procelosas aguas del hostión electoral que se avecina: la agitación de sus bases, la confusión general, y el recurso a los fantasmas del pasado para excitar los ánimos del personal. Esto a los socialistas estos siempre se les ha dado muy bien, y si existiera un Premio Nobel de la Manipulación, serían los ganadores de calle. Valga como muestra el botón de la agitación previa a las elecciones de 2004, cuando -incluso en plena jornada de reflexión- se dedicaron a reventar las urnas enarbolando la bandera del 11-M y llamando asesino, ante su sede, al presidente saliente (y por extensión, al otro candidato en liza). Estos socialistas siempre apelan a la tripa, nunca al raciocinio. En vez de utilizar una lógica marxista -que sería la más apropiada conforme a las ideas que dicen defender-, en vez de utilizar argumentos empíricos y razonables, en vez de elevar el tono intelectual del debate mediante el uso de tesis y antítesis, estos socialistas hacen todo lo contrario: lanzan globos sonda con ideas tan irrealizables como surrealistas, tapan su incapacidad de gobernar con una falsa voluntad de consenso y juegan a pinchar las vísceras del populacho, a excitar el sentimentalismo, la nostalgia, en definitiva, la memoria. Porque ese es el eje político de este Gobierno que se autoproclama socialista y al que los 5.000.000 de parados, reconozcámoslo ya, le dan exactamente igual. La Memoria (en mayúsculas) es el origen, el medio y el fin de la política actual. Contra la crisis, ración de Memoria. Contra la justicia, ración de Memoria. En la cultura, ración de Memoria. Contra los populares, ración y media de Memoria. Y es que la memoria cunde mucho, a pesar de que, de todos los problemas que a día de hoy tienen los españoles, Franco seguro que no es uno de ellos. 
Este fin de semana ha sido el no va más de la revuelta, el cenit del paroxismo y de la histeria, el aquelarre total: en Cataluña se celebraban más de 200 consultas populares ilegales sobre la independencia (con una participación que no ha llegado al 20%, pero eso es lo de menos); en Madrid salían los de siempre a gritar contra los fascistas del Tribunal Supremo y a favor de un juez cuyo silencio ante la que está liada es ya clamoroso y da que pensar sobre su posible implicación indirecta en la organización de todas estas manifestaciones. Y aunque la maratón de Madrid reunía a más de 15.000 personas, las manifestaciones de Pilar Bardem y compañía a favor de Garzón y del "No pasarán" -con mucha menos gente- se han llevado las portadas. Pero mientras todo eso ocurría, se ha recrudecido la absurda guerra del agua: Jaén y Almería, a la greña por el agua del Guadalquivir ante la pasividad de la Comunidad Autónoma a la que pertenecen, y hasta un proyecto de Estatuto de Autonomía lleva tres años paralizado en sede parlamentaria por la misma cuestión: el blindaje del agua. La política de querer patrimonializar el cielo y de querer poner puertas al campo. 
Mientras todo eso ocurre, el desaparecido Vicepresidente Chaves, esa gran cabeza pensante que se iba a encargar de potenciar la cohesión territorial, reaparece pero no para poner cordura en este caos, sino para atizar el fuego antifranquista. Que yo ya casi veo trincheras en las calles, oiga. Para acabar de colorear de morado el cuadro, la señora Pajín, teletransportada al pasado más negro de este país, dice que siempre estarán al lado de los que quieren enterrar a sus muertos con dignidad, como si la guerra hubiera acabado anteayer y sólo hubiera habido muertos en las filas republicanas; el ministro de Fomento -en su papel de agitador de masas y practicando un populismo de vergüenza ajena-, exclama sin ruborizarse y con toda su cara, que el PP da oxígeno y jalea a los fascistas. Y el PP calla, incapaz de cualquier reacción. Si existiera un Premio Nobel de la Incapacidad, sin duda se lo llevarían los populares.
Me produce sudores el comportamiento de estos irresponsables políticos que nos gobiernan, y un escalofrío me recorre la espalda cuando veo a Pilar Bardem, envuelta en la bandera republicana, plena de odio, sectarismo y resentimiento, gritando con la cara desencajada. Y llama la atención el significativo silencio de uno de los protagonistas directos de la contienda, Santiago Carrillo, que quizá sea incapaz de hablar -siquiera para poner algo de sentido común sobre la mesa- por pura vergüenza propia y ajena ante el lamentable espectáculo que unos y otros están ofreciendo. Y es que algunos tienen mucho que callar, aunque les honre haber apoyado el cierre histórico de la etapa más incivil de este país a través de la Ley de Amnistía y de la Constitución española de 1978.
Me produce escalofríos el silencio cómplice de aquéllos que redactaron la Constitución y que construyeron la transición no sin esfuerzos y renuncias, ante el intento de este gobierno de cambiar el modelo de Estado por la vía de aprobar Estatutos como el catalán, burlando los procedimientos de reforma previstos en la propia norma constitucional. Me producen escalofríos las declaraciones, plenas de irresponsabilidad, de Montilla y sus descerebrados correligionarios, que ya no sólo tratan de presionar al Tribunal Constitucional, sino que tratan directamente de disolverlo, y así lo dicen ya sin tapujos, sin que exista ninguna reacción de repulsa a tales intentos y de defensa a la legalidad constitucional por parte del partido en el poder.
Me recuerda lejanamente todo esto al panorama de descontrol que se dio en los estertores de la II República, aunque me niego a pensar que ambas situaciones sean comparables. Me niego a que seamos tan imbéciles como para ser capaces de repetir los mismos errores. Pero no es menos cierto, que cuando se juega con fuego existe el riesgo de quemarse.
Al extremismo de este Gobierno, cada vez más escorado hacia la sinrazón que da el no tener un programa mínimamente realizable, hay que unir la absoluta incapacidad de una oposición de impresentables que no se merece ganar unas elecciones. En efecto, el panorama no es más alentador si miramos a la derecha del tendido: en ese lado están las gradas de sol, en las que los populares se sientan, cegados por el astro rey de sus corruptelas particulares, de sus luchas internas, y de su incapacidad para hacer una oposición seria. Una oposición que ataca su propia credibilidad a base de proferir slogans caducos del estilo de "España se rompe", o "la democracia está en serio peligro". Los aspirantes al poder deberían dejarse de frases hechas, de lugares comunes, de cuestiones de concepto y de alarmismos, y atacar cuestiones concretas, con datos y argumentos, que a pesar de lo fácil que se lo está poniendo el Gobierno, se les ve incapaces de meter una sola bola en la tronera. 
La paridad le ha pasado factura a los populares, que eligieron como Secretaria General a una persona insegura, que se equivoca en su discurso hasta cuando lo lee, sin la suficiente talla política y a la que la portavoz parlamentaria, sin ir más lejos, le da mil vueltas. Si a eso le añadimos la increíble parálisis cerebral de Rajoy, empeñado en llegar a la Moncloa a base de no hacer nada (ni siquiera explotar los errores del adversario), pues el cóctel de incapacidad está servido. 
Unos son unos extremistas que saben muy bien a lo que juegan, que manejan la calle y los medios con maestría maquiavélica, y los otros son unos incapaces que no tienen ni idea de cómo gestionar el aluvión de populismo que el gobierno ha provocado. Al paso que va esto, sólo nos falta ver a Zapatero enfundado en una camisa roja, autoproclamándose heredero de Alcalá Zamora o de Manuel Azaña, al más puro estilo bolivariano, y reservarse un "Buenos días, Presidente" en TVE.
Falta seriedad en la política, y falta opinión crítica en la sociedad. Parece de coña, pero llevamos semanas hablando del velo, de un juez y de los falangistas (sí, ¡de los falangistas!), mientras el Fondo Monetario Internacional acaba de asestar otro mazazo a la economía española al reconocer que hasta 2016 no seremos capaces de arrojar un dato de crecimiento económico superior al 2%. Y eso, teniendo en cuenta que nuestra economía sólo crea empleo cuando el crecimiento ronda o supera el 3% del PIB, supone tanto como decir que en este solar patrio no se va a crear empleo hasta 2016, por lo menos. Es decir, hasta dentro de SEIS AÑOS. Los brotes verdes están cada vez más lejos, pero los morados salen cada día a la calle, y no en procesión de Semana Santa.
La verdad, me temo que el porcentaje de abstención en las próximas elecciones generales va a ser histórico. Aunque visto lo visto, no me extrañaría que ganara Rosa Díez con mayoría absoluta.

viernes, abril 23, 2010

EL DIA DE CASTILLA Y LEON

Hoy es el día de Castilla y León. El 90% de los castellanoleoneses (o castellanos y leoneses, que no lo tengo claro) distinguimos este día fundamentalmente por dos acontecimientos que lo diferencian de los demás días: en primer lugar, no se trabaja. 
Eso ya disculpa todos los demás defectos que pueda tener el susodicho día. En segundo lugar, no se puede poner la radio. ¿Y por qué? se preguntarán. Pues porque pongas la emisora que pongas, te cae encima una cascada de jotas castellanas que parece que nos retrotraemos a los años 20, cuando las mozas iban a la era con la cesta mientras los  mozos esperaban impacientes las viandas, después de una jornada de trabajo en el campo que empezaba a las 5 de la madrugada. Aquello era trabajar, y no lo de ahora. Vaya, ya he vuelto a irme del tema.
Pues eso. Una invasión de castellanoleonesismo encarnada en jotas del tipo "Y a mi no me dejó nada, cuando se murió mi abuela. Y a mi no me dejó nada. Y a mi hermano lo dejó asomado a la ventana. / Asomado a la ventana. Cuando se murió mi abuela. / Estribillo: Por el puente de Aranda se tiró se tiró, se tiró el tío Juanillo pero no se mató. Pero no se mató, pero no se mató. Por el puente de Aranda se tiró se tiró./ Me metieron prisionero, por decir "viva San Roque". Me metieron prisionero. Y ahora que estoy en prisiones: /¡viva San Roque y el perro! /¡Viva San Roque y el perro!. /Me metieron prisionero. Arrímate a mi viña que soy San Roque, que si viene la peste que no te toque. Que no te toque, niña, que no te toque. Arrímate a mi viña que soy San Roque. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botero. Quiero cantar una jota. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botera. Una jota castellana. Una jota comunera. Una jota comunera. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botera. / Estribillo: Por el puente de Aranda... Todas las efes tenía la primer novia que tuve. Todas las efes tenía: Francisca, fresca, fregona, fea, flaca, floja y fría (bis). La primera novia que tuve. / Estribillo: Ay chatún, chatún, Goma Serafín. El campo, el arrollo y échate a vivir (ter.). Ay chatún, chatún Goma Serafín. Lo que echan los labradores allá va la despedida. Lo que echan los labradores. /Surco arriba, surco abajo, y adiós ramito de flores (bis). Allá va la despedida. / Estribillo: Por el puente de Aranda.

Todo ello aderezado con la, llamémosla melodía, de ese estridente instrumento soportable únicamente durante unos pocos minutos, la dulzaina, que de dulce tiene más bien poco. Y que conste que tengo de sobra curtidos los oídos por los sonidos metálicos de las guitarras de James Hetfield y Kirk Hammett. Sin embargo,  no aguanto la puta dulzaina.
Pero lo peor del día de Castilla y León no es el folclore. Lo peor es que se trata de la fiesta oficial de una Comunidad Autónoma a la que un inmenso porcentaje de la población de la misma se la trae al fresco. Mira que intentan que nazca en nosotros el sentimiento castellanoleonés, oye, treinta años intentándolo, y nada. Los castellanoleoneses somos fríos como cadáveres, inmunes al movimiento comunero.
Pero cómo quieren que nos apuntemos a este carro, en el que aparte de las jotas, lo que más sobresale es nuestra clase política autonómica, con su oportuna chaqueta de pana, poniéndose ciegos a comer en la campa de Villalar, pañuelito al cuello, y haciendo discursos de lo más correcto. Que Castilla y León tiene que "tender al pleno empleo". Que si la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Que si la vertebración del territorio. Que si el respeto al medio ambiente. Que si las energías renovables. Que si la implementación de políticas sociales... Y eso lo dicen nuestras autoridades, del gobierno, de la oposición, y del sindicato (más vertical que nunca) sin despeinarse, en un país con cinco millones de parados (lo pondré en números: 5.000.000), en una Comunidad caracterizada por la caída de ingresos, por la despoblación y por la despavorida huida de nuestros jóvenes (y jóvenas) buscando trabajo fuera de las fronteras de nuestro gran Reino de Taifas... Es el mismo discurso, repetido año tras año, con independencia e ignorancia de las circunstancias coyunturales de cada año. Pero como decía nuestro Presidente hace unas horas, quizá algo animado por el orujo, ¡viva Castilla y León, que hoy es un día de fiesta y alegría! Pues muy bien.

Al menos la fiesta de Castilla y León se ha ido desproveyendo, con los años, de ese carácter izquierdoso-republicano fruto de la máxima ignorancia histórica, pues durante años la revuelta comunera se ha hecho patrimonio de la izquierda desde determinados partidos (los de la izquierda), como si algo tuvieran que ver el reinado de Carlos V y sus vicisitudes con el "izquierdismo" que pregonan estos aventajados de la política actual. Pero en el reino de la ignorancia, todo cuela.
Un levantamiento popular, liderado en estas tierras por Bravo, Padilla y Maldonado, y que estuvo motivado en razones tan diversas como la reacción de la aristocracia castellana (humillada por la confianza depositada por el Rey en sus consejeros flamencos, y no en ellos), el desprecio real a las leyes tradicionales del Reino de Castilla (Carlos V ya pensaba como Emperador de algo mucho más grande) o el miedo de la burguesía urbana de Castilla, temerosa de que se volviera a la tradicional política de exportación de la lana "en bruto" a Flandes, lo que perjudicaría enormemente al sector de la artesanía textil castellana. Razones tan diversas como esas, decía, y que nada tienen que ver con lo que nos han vendido los actuales y pasados socialistas y comunistas castellanos y leoneses. Pero la fiesta era cojonuda para desempolvar las banderas republicanas, pegar cuatro gritos contra el centralismo, el franquismo, y todo lo que acabara en ismo, y agarrarse un buen pedo. Incluso haciendo piña con izquierdosos cercanos a organizaciones abertzales que doscientos kilómetros más arriba se dedicaban a reventar cajeros automáticos con txakolís de gasolina. Que hay que tener memoria histórica para todo. Y si había suerte, a darse de hostias con la policía. 
Esta era la fiesta de hace años. Ahora la fiesta consiste en llenar la campa de Villalar mayoritariamente de políticos y de ambiente institucional (también se apuntan representantes del populacho, no crean), hablando de lo bien que nos va y poniéndose bien de todo lo bueno de esta buena tierra, que diría Herrera. Y en entregar unos premios de Castilla y León que quedan como agradecimiento meramente político a determinadas figuras. Por lo menos la celebración de la derechona es más civilizada, hay que reconocerlo.
Alguien debería echarle valor al tema y replantearse esto de las Comunidades Autónomas. Lo que comenzó siendo una idea nueva y original para gestionar un Estado, ha derivado en la creación de 17 burocracias absolutamente ineficientes en lo que se refiere al gasto público -a la vista están los datos-, totalmente eficientes en la administración de recursos humanos (sobre todo en lo que se refiere a los recursos humanos de amigos y familiares), en el sostenimiento a duras penas de un Estado en el que el ministro de Educación tiene que pedir "por favor", casi suplicando, a los consejeros autonómicos del ramo que reconsideren sus normativas sobre el uso del castellano en "sus" territorios (después de ver el porcentaje de niños gallegos o catalanes que sólo hablan gallego o catalán), y en el fomento de fiestas como la de hoy, que de alegres no tienen nada. Vamos, que si Carlos V levantara la cabeza, volvería directo a su cripta con idea de no salir nunca más.
Quizá esa idea de desapego al conjunto del sistema sea el motivo de que en las Comunidades Autónomas como ésta, en las que por suerte no ha prendido el sentimiento nacionalista, la indiferencia popular hacia el día de la Comunidad sea tan significativa.
Una fiesta tergiversada políticamente desde hace décadas, que conmemora una revuelta que acabó en fracaso, en una purga de los rebeldes -incluyendo decapitaciones-, y que inició el absolutismo en España, no puede ser motivo de alegría. 
Pero en Villalar a estas horas, mientras Castilla y León agoniza, algunos ríen, bailan, cantan jotas, beben aguardiente y comen perronillas.

miércoles, abril 21, 2010

LA CAPILLA LAICA

(Dedicado a Ouassima, que a sus 19 años va en pleno agosto tapada como una monja, que no puede ir a la piscina y que descubrió los vaqueros hace apenas unos meses)

Leo en la prensa salmantina de hoy un titular que -lo reconozco- me deja en fuera de juego: "En breve abrirá al público la capilla laica del tanatorio municipal". Claro, enseguida tengo que frotarme los ojos (son las 7:50 h). Miro la taza de café, sin saber muy bien si el camareta me la ha llenado de café o de orujo. Pero no, es café. Café Illy, dicho sea sin ánimo de hacer publicidad.
Preso del estupor, me adentro en las profundidades de la noticia. Resulta que, una vez terminadas las obras del tanatorio municipal, lo último -por conflictivo- ha sido el tema de la capilla. Y lo han resuelto de un modo admirable: objetivo prioritario, no ofender al personal. Y por personal me refiero a las religiones minoritarias, con las que -por descontado-, debemos ser tolerantes. Porque claro, si un musulmán ve de reojo una capilla católica se puede ofender. Igual que yo me puedo ofender y montar el pollo de la laicidad si atisbo un minarete en Sudán; aunque puede que yo salga del intento azotado públicamente por los mismos musulmanes que fuera de su país reclaman su libertad religiosa, pero eso son nimiedades que no vienen al caso.
Lo verdaderamente importante es la "solución" que se le ha dado a la capilla. Es una capilla, como digo, "laica". ¿Qué cómo se come eso? Pues muy fácil. Construye usted el habitáculo, y le coloca un altar católico. Pero delante de dicho altar, se sitúa una cortina opaca que -en el supuesto de que la visión de un altar católico nos estrese las meninges- puede correrse, en cuyo caso la capilla queda convertida en una capilla laica, sin símbolos religiosos.
Es fácil, es como el café con sacarina que se toman algunos de mis amigos después de una caldeirada de cordero con patatas. A estos extremos de ridiculez políticamente correcta hemos llegado.

Pensándolo bien, no me parece adecuado. Lo suyo habría sido aplicar la técnica que se utiliza en los teatros: como punto de partida, montamos una escenografía católica. Y tirando de cuerdas alternativas, se sube el decorado católico y se baja uno islámico, o se sube el católico y se baja el budista, o se sube el católico y se baja el judío. Así cada cual podría rezar a la deidad que mejor le salga de las pelotas. Por supuesto, habría que sacar una plaza de tramoyista, para gestionar el invento, oportunidad única si el alcalde tiene que colocar a alguien. Y de paso, podíamos aplicar el mismo sistema en todas las iglesias de Salamanca, incluidas las dos Catedrales, no vayamos a ofender a alguien con tal sobrecarga de simbología católica.

Esto de la libertad religiosa tiene su miga. Creo que un agnóstico impenitente como yo es la persona más indicada para opinar sobre la cuestión, pues en este caso no tengo prejuicios añadidos. Dicho finamente, las religiones, en general, me tocan los cojones. Vamos, que me son indiferentes. Me parece -el de la religión- el invento más alienante de la historia de la humanidad. Pero eso no obsta para que alucine con las cosas que se ven y se oyen en nombre de la libertad religiosa, de la tolerancia y de tantas mandangas...

A mi modo de ver la libertad religiosa consiste en que cada cual practique la religión que desee sin obstáculos ni cortapisas, y sin discriminaciones. Esa libertad tiene un ámbito externo, relativo al culto, y un ámbito interno, domiciliario, si se quiere. Muchos judíos, o muchos budistas residentes en España practican su religión sin necesidad de exhibirse. Ojo, eso no significa que tengan que esconderse, pero las ideas religiosas -que forman parte de lo más intimo de una persona-, mayoritariamente se ponen en práctica en privado. Y miren, si el 70% de la población española es católica, pues habrá que joderse y reconocerle mayor relevancia a la religión católica que a la budista, por ejemplo. Por ello, no voy a caer en la memez progre en la que han caído algunos, reclamando la supresión de los crucifijos en los centros de enseñanza públicos, o la sustitución de las vacaciones de Navidad por las "vacaciones de invierno" (idea que partió de los inefables políticos catalanes), porque se trata de símbolos más culturales que religiosos. A nadie se le ocurriría plantear en Irán la reconversión de las mezquitas en centros socioculturales, ¿a que no? Pues eso.
Esa convivencia de religiones sería posible si todos nos respetáramos en proporción a la representatividad de cada religión. Me explico: partiendo de unos mínimos derivados del derecho fundamental a la libertad religiosa aplicables a todas las religiones, habrá que convenir -nos guste o no- que por razones históricas hay una religión con mayor "presencia" que las demás, y ello no debería ofender al resto de las religiones, siempre y cuando los creyentes de éstas puedan montarse su movida sin injerencias del poder público.
El problema surge cuando determinadas... iba a decir sectas, pero no, determinadas religiones pretenden la imposición de sus ideas y el exterminio de la libertad religiosa. Y lo que ya es de juzgado de guardia es que encima proliferen ignorantes que apoyan ese nazismo religioso apelando, precisamente, a la libertad religiosa. Una cosa es respetar las creencias de cada hijo de vecino, y otra cosa muy pero que muy distinta, es que la comunidad musulmana (esa que defiende el castigo físico a la mujer) exija la construcción de mezquitas en un territorio que no es el suyo. Otra cosa muy pero que muy distinta es que la comunidad musulmana pretenda imponer sus ritos a los demás, al grito de "muerte al infiel". Otra cosa muy pero que muy distinta es que la comunidad musulmana nos quiera hacer comulgar (Dios santo, que palabra más inadecuada) con la rueda de molino del velo. Porque se empieza por tolerar el velo en los colegios, y a ver quién es el flamenco que pone las cosas en su sitio cuando se de el caso de la primera musulmana que vaya al instituto con burka.
Decía mi abuelo que "donde fueres haz lo que vieres". Pero los abuelos musulmanes no debían enseñar a sus nietos las mismas cosas. Y al paso que va la burra, se acaba justificando la intolerancia de la comunidad musulmana con el resto de comunidades religiosas apelando, precisamente, a la tolerancia con la comunidad musulmana. Un lío de cojones.
Dicen los defensores de esta nueva libertad religiosa que atenta contra los derechos fundamentales prohibir a las alumnas musulmanas ir a clase con velo. Y una mierda. Los que atentan contra la normativa interna del centro de enseñanza son ellos, pues pretenden vulnerar unas normas de convivencia. Dicen otros que la clave está en la libertad: que si la niña lleva el velo por propia convicción, hay que permitirlo. Y no estoy de acuerdo. Porque ¿cómo adivinamos si lo lleva por propia convicción o si lo lleva por "consejo" patriarcal? ¿Qué haremos cuando una alumna musulmana se presente en clase con un burka diciendo que lo lleva por propia convicción?.
Personalmente me parece indecente que tengamos que tolerar -y si me apuran, hasta hacerle la ola- a una religión que defiende que las mujeres vayan tapadas hasta las orejas mientras ellos van a la moda y en manga corta, y algunos hasta visten vaqueros de DKNY y camisetas de Custo. Pero sólo es una opinión. El debate es otro, es el de hasta dónde hay que tolerar. Y la cosa es simple. Donde fueres, haz lo que vieres. Igual que si un español se traslada a un país musulmán, tendrá que respetar las costumbres que allí tengan, los musulmanes que residen en España, tendrán que respetar nuestras normas, nuestra idiosincrasia y nuestras costumbres. Por mucho que les reviente. Si un centro de enseñanza tiene prohibido asistir a clase con la cabeza cubierta, eso afecta a todos. Musulmanes y raperos. Y si a Ahmed no le gusta la normativa del colegio al que lleva a su hija lo tiene fácil: cámbiela de colegio. Es lo que hacemos los demás cuando algo no nos gusta. Y si Ahmed no se encuentra agusto en esta España tan occidental y tan infiel, es fácil: váyase usted a Sudán a buscar trabajo. Trabajo no sé si encontrará, pero al menos podrá aplicar la sharia como mejor le venga en gana. La policía religiosa cuidará de ello.

viernes, abril 16, 2010

IDIOTIZADOS POR LA ADULACIÓN

Que el ser humano es uno de los animales más débiles arrojados por la madre naturaleza sobre la faz de la Tierra, ya lo sabíamos. Pero a veces esa triste realidad para nosotros se manifiesta con una crudeza extrema. Toda Europa anda estos días más que preocupada por la nube de humo y ceniza provocada por la erupción del volcán de Islandia. Una nube que si en vez de venir de un volcán cuyo nombre no hay dios que lo pronuncie, viniera de un gigantesco porro europeo, pues por lo menos nos daría la risa, pero qué va. No bastó con que Islandia fuera el primer Estado europeo en llegar a la quiebra gracias a la crisis que Solbes negó repetidamente frente a Pizarro, encima les tenía que tocar un volcán. Además Islandia, tradicionalmente gobernada por orondas mujeres rubias -cercanas a las amazonas vikingas de mis más inconfesables fantasías- es un país que aunque no conozco me cae bien, y me duele que les toquen de lleno todas las desgracias. 
Se cabrea un volcán y las comunicaciones aéreas de todo un continente se van a tomar por saco; miles de vuelos cancelados, miles de problemas personales, empresariales y amorosos ("me dejaste plantada en Heathrow con la bruja de tu madre, desgraciado"), miles de negocios truncados por un retraso o por una reunión que no pudo celebrarse... 
La gran fumada del volcán (¿o se dice fumarola?) va a tener unas consecuencias económicas difíciles de predecir, a añadir al panorama que ya tenemos, que tampoco es para encender la traca y darle alegría a tu cuerpo macarena. El volcán de marras ha traído a mi memoria la imagen que tenía en la cabeza cuando hace años di nombre a este blog: la imagen ruinosa de la imaginaria ciudad de Isengard, inventada por el mago J.R.R. Tolkien, inundada por las nubes negras y los vapores venenosos de Mordor.
Somos débiles hasta un extremo que ni sospechamos. Un simple apagón de una semana de duración provocaría disturbios en las calles, nos dejaría sin poder cocinar, con el frigorífico hecho unos zorros, y sobre todo... nos dejaría incomunicados (ni teléfonos, ni ordenador, ni radio, ni televisión...) y sin un duro, porque hasta los cajeros automáticos se negarían a escupir dinero. Y eso un simple apagón. Un crack informático, al estilo del cinematográficamente narrado en La Jungla IV, nos haría retroceder hasta la Edad de Piedra.
Pero hoy no quería hablar de fenómenos geo-meteorológicos ni de otros cataclismos, sino de la debilidad. Decía antes lo de la madre naturaleza, que siempre queda bien para poner de manifiesto que no somos más que mierdecillas pinchadas en el delicado equilibrio de un planeta del que abusamos a diario y que deberíamos cuidar bastante más. Inteligentes, pero mierdecillas al fin y al cabo. Ahora tocaría decir aquéllo de que las humanas son las crías animales más dependientes, que mientras una cría de cualquier animal se pone de pie a los pocos minutos de nacer, un bebé sin su madre moriría irremediablemente y todo eso, pero me lo voy a ahorrar.

La debilidad es patente si nos fijamos en nuestra dependencia biológica, pero hay otros tipos de debilidad que si pensamos un poco llaman más la atención: son las debilidades humanas, y dentro de ellas una de las más patéticas es la que afecta a los que acaban perdiendo el sentido de la objetividad. Y no me refiero a Garzón. Dejémosle tranquilo de una vez. Me refiero a los que, dominados por su propio poder, se muestran fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Estos especímenes pueden encontrarse en cualquier ámbito. La política es terreno abonado, es verdad, pero en todos los ámbitos laborales y profesionales hay ejemplos de seres (iba a decir humanos) que incluso son inteligentes, y que acaban idiotizados por la adulación. Son aquellos a los que algunos acaban haciendo la ola para que no les llegue la onda expansiva de su incompetencia. Algunos sin esfuerzo, porque la anchura de sus tragaderas y su vocación de comepollas se lo permite, y otros con paciencia y dedicación, que el calorcito del poder y los favores futuros del poderoso siempre merecen la pena.  
Cuando uno tiene poder -y el político lo tiene, para qué negarlo- acaba rodeado de una camarilla de repugnantes personajes digna de un buen estudio sociológico. Es ahí donde se encuentra la clave para distinguir un buen político de un mal político. Lo de la capacidad para gestionar, lo de la eficacia, lo de la eficiencia, lo del acierto en la asignación de recursos, todo eso son bobadas de funcionarios. Los políticos están para otras cosas, y en el ejercicio de "esas otras cosas", cuando un político sabe poner distancia del coro de aduladores que constantemente revolotea a su alrededor, cuando tiene la suficiente personalidad para escuchar opiniones diversas (incluso enfrentadas), encerrarse consigo mismo y sacar sus propias conclusiones, estamos ante un político más que inteligente: estamos ante un político valioso. Sí, de esos que nadie ha visto por estos lares desde hace años... o décadas. 
Grandes políticos como Winston Churchill son, en definitiva, una mezcla bien combinada de ingenio, inteligencia, personalidad e inmunidad a la adulación. Políticos como los que padecemos ahora, sin embargo, suelen ser el resultado de un proceso de idiotización progresivo y directamente proporcional a la intensidad de la dosis diaria de adulación que reciben. Todo ello aderezado con una falta de formación y de compromiso de servicio altamente preocupante. Todo eso si hay suerte y además no empiezan a olvidar de repente los pisos, los chaletitos -qué palabro más ideal- de la playa y los caballos que poseen.
Me hace gracia cuando los periodistas de la cosa política hablan del "síndrome de la Moncloa": invariablemente, todos los presidentes de la democracia se han trazado al inicio de sus mandatos grandes objetivos de escuchar "al pueblo", de pisar la calle y de gobernar para todos (y todas, que dirían los analfabetos que nos gobiernan ahora), e invariablemente, todos han acabados encerrados en un autismo ausente hábilmente inducido por la tropa de asesores que acaba minándoles, dejándoles inválidos, dependientes, melancólicos (por incomprendidos) y ciegos, y que acaban siendo los que cortan el bacalao de modo indirecto. Ese "síndrome de la Moncloa" no es más que el desenlace del último acto de una ópera terrible: el líder antaño encumbrado por las masas borreguiles, sucumbiendo a la adulación, ahogado en su propia vanidad.
Es triste que personajes con una carrera profesional en muchos casos respetable y una carrera política más que prometedora, acaben convertidos en auténticos gilipollas colgados de un teléfono móvil que se creen el ombligo del mundo como consecuencia de la acción de los aduladores y de la hemorragia de vanidad que van dejando tras ellos.
Pero es lo que hay. A menudo hay justicia, y estos personajes de la política -débiles e inseguros como un bebé abandonado en una selva- acaban siendo orillados (a veces cruelmente rebasados) por sus propios consejeros de confianza, aquéllos que durante años se han dejado la vida y la imaginación para crear una cortina de humo hábilmente tejida y disimulada que anulara la inteligencia y la objetividad del líder. 
La selección de las especies es así de cruel. Aunque he de confesar que no sé si prefiero que me gobierne un inútil vanidoso sin personalidad o el cabrón maquiavélico de su asesor.

jueves, abril 15, 2010

EL JUEZ JUZGADO II

A veces los acontecimientos se vuelven elásticos, pensábamos que se habían agotado y resulta que no, se retroalimentan y siguen sorprendentemente vivos. En este país nuestro, unas veces predecible y otras sorprendente, pero siempre diferente a los demás, ese fenómeno se produce con mayor intensidad en aquéllos acontecimientos a los que se les podría aplicar la máxima de que "superan a la ficción". El otro día poté hablando del "fenómeno Garzón" (me consta que ya hay sociólogos con insomnio) y pensé que, tras la vomitona, ya se había acabado todo. Como cuando uno bebe más rioja de la cuenta y en su delirio tiene la sensación de que está potando sangre y que, irremediablemente, se muere sin despedirse de los seres queridos.
Pero vamos al tema. Como decía, creí que "todo había acabado", pero no. Tras el "acto", los artistas -ese lobby que padecemos y cuyos integrantes tienen mucho tiempo libre para causas benéficas, alternativas y kulturales porque prácticamente (y gracias a la SGAE) no necesitan trabajar-, los artistas, decía, amenazaron con encerrarse para denunciar "la persecución judicial contra Garzón".
Jesús, María y José, si ya os hemos oido. Y antes de que me acuséis de ser un fascista religioso, diré que me refería a Jesús Mariñas, a María Barranco y a José Corbacho. Que quede claro. La laicidad ante todo. Aunque la Constitución diga que España es un Estado aconfesional. Aconfesional, laico, qué más da... Si todo es más o menos lo mismo.
Pues eso. Que se encerraban. Pero no. Juntaron a unos viejecitos de la memoria histórica, les pusieron unas pancartas y los dejaron allí. Y a eso de las 7 de la tarde, los artistas se dieron una vuelta por el tema para ver cómo iba la cosa. Al ver que no había ni dios, como diría Sabina, se borraron. Claro, acabé vomitando de nuevo. Mira por donde, los 9 kilos que he cogido tras 3 meses sin fumar, los voy a perder gracias a... "los artistas".
Luego dijo Almodóvar con tono amenazador que "esto sólo es el principio". Lo veo vistiéndose otra vez de loca ochentera con Miguel Bosé para reivindicar la inocencia de Garzón, lo veo venir... Y claro que es sólo el principio; máxime cuando todavía (Diosss...) quedan dos años para las elecciones. Esto va para largo, aquí la peña empieza a tomar posiciones. Cuando acabe lo de Garzón (cuyo abogado ya les ha pedido por favorrr que se queden en su casa), vendrá lo de la sentencia del Estatut,  que Montilla ya lleva tiempo advirtiéndole al TC acerca de las "posibles consecuencias" de una sentencia que declare la inconstitucionalidad de su "ley de leyes". Hay que entrar al choque y revolver el gallinero, porque a río revuelto...
Me temo que no voy a tener estómago para tanta basura.
Por cierto, sigo esperando impaciente el cese fulminante de Gaspar Zarrías y de Pedro Zerolo, por apoyar y participar, desde sus poltronas públicas, en un acto denigrante, insultante, vergonzante, sectario, atentatorio y "partidario" (que diría la Vicepresidenta política) contra la independencia de uno de los poderes del Estado.

martes, abril 13, 2010

EL JUEZ JUZGADO

Hace pocos días apunté algo en torno al juez Garzón. Pero hoy voy a entrar a saco, porque lo que ha pasado en la Universidad Complutense es que me subleva. Y lo que ha pasado es que el rector de dicha Universidad, Carlos Berzosa, ha cedido las instalaciones de su Facultad de Medicina para albergar el acto más denigratorio de toda la democracia contra la Justicia de este país llamado España. Carlos Berzosa. El mismo que acogió con absoluta indiferencia la agresión "universitaria" a Rosa Díez, y que sin embargo balbuceaba tembloroso y quejoso el día en que los universitarios cabreados quisieron darle de hostias a él. Ese Carlos Berzosa.
Un acto organizado por los sindicatos CC.OO. y UGT, que dicho sea de paso, deberían dedicarse a trabajar para que este país deje de destruir empleo y dejarse en paz de jugar a presionar a los jueces para imponer su visión unilateral y sectaria de la política. Un acto de presión al Tribunal Supremo en el que han participado sindicalistas (el "Vicepresidente cuarto", Cándido Méndez, entre ellos, haciendo gala de su ausente formación jurídica, como ya nos tiene acostumbrados, o el Sr. Toxo), políticos de sobrada reputación como Cayo Lara, ex-políticos con alzheimer como Pascual Maragall, ex-fiscales famosos por su nula objetividad y por su sectarismo como Carlos Jiménez Villarejo, actores, artistas, "intelectuales" (así se autodenominan, con dos cojones)... Hasta las abuelas de la plaza de Mayo han venido a dar la nota y a apoyar al superjuez. Sólo ha faltado Aute cantando "Al alba" y Serrat recitando a Miguel Hernández.
Dicen todos ellos que es indecente que se le juzgue "por investigar los crímenes del franquismo". Y mienten. Pero no sólo mienten, lo peor es que saben que mienten. Todos ellos mienten con la aquiescencia de este gobierno de España que dice respetar mucho a la justicia. 
Porque a Garzón no se le ha procesado por investigar los crímenes del franquismo. Se le ha procesado por cometer tres presuntas ilegalidades. Y cuando un juez delinque, se le juzga, como a cualquier ciudadano. Que se lo cuenten a Estevill. 
A Garzón se le ha procesado por tres cuestiones: por instruir un sumario a sabiendas de que era incompetente; por autorizar escuchas ilegales; y por archivar aparentemente sin fundamento una denuncia contra el financiador de sus conferencias en Nueva York. No hay que olvidar que son tres querellas, en tres asuntos radicalmente distintos. Pero estos progres de la izquierda siguen con su raca raca, diciendo que son los fascistas los que se salen con la suya (¿se referirán a los jueces del Tribunal Supremo...?) y que al Sr. Garzón se le juzga por querer hacer justicia. Qué tendrá que ver el culo con las témporas... Almodóvar ha llegado aún más lejos; ha llegado a decir que sentar en el banquillo al juez Garzón "es una victoria de Franco". Vaya, yo creía que Franco llevaba 35 años muerto, y ahora resulta que va a ser como el Cid, ganando batallas después de muerto. Pero mucho peor ha sido lo de Jiménez Villarejo, pues a Almodóvar al menos se le puede disculpar su estulticia genética; lo de Villarejo ha sonado mucho más grave por venir de quien viene. El ex-fiscal anticorrupción, en un delirio absoluto, ha afirmado que los jueces del Tribunal Supremo "son los cómplices de las torturas ejecutadas por el sistema franquista" y los ha calificado como herederos del abolido Tribunal de Orden Público franquista. Con dos cojones (de nuevo). Desconozco en qué tómbola le dieron a este ex-fiscal su título de Derecho, pues el Tribunal de Orden Público fue sucedido por la Audiencia Nacional, no por el Tribunal Supremo. Deberemos concluir -aplicando la misma lógica que aplica este penoso jubilado- que como él ya era fiscal en tiempos de Franco, él es otro cómplice más de las torturas y de los asesinatos. 
Lo cierto es que estos guerracivilistas del "no pasarán" y de la bandera tricolor, estos acólitos de la memoria histérica tienen una obsesión con el tema que deberían hacérselo mirar.
Pero volvamos a lo de Garzón. Lo jodido del Estado de Derecho es que afecta a todos, jueces incluidos. Es algo que a estos representantes de "la izquierda intelectual" (Dios nos ampare, si es que existe) no les cabe en su escasa oquedad craneal, pues defienden sin rubor que como Garzón es muy valiente, debe estar por encima de la Ley. Es una pena, pero es lo que tiene España -y en esto coincido en parte con ellos-, que todavía hay mucho fascista: mucho fascista de derechas, y mucho fascista de izquierdas.
Cualquiera que tenga un mínimo de pudor habría sentido vergüenza ajena si él mismo hubiera sido el "apoyado" en el acto de hoy. Dudo que el juez Garzón tenga ese pudor, al menos su trayectoria pública así lo demuestra. Pero para los que sí lo tenemos, un sólo minuto de ese acto vergonzoso de paletismo político habría sido interminable. Flaco favor le están haciendo.
Garzón ya tenía fama en círculos profesionales de ser un magistrado poco eficaz en la instrucción sumarial; bastantes sumarios por él tramitados, han acabado en nada por defectos de tramitación. Siempre ha tenido fama de juez estrella: de preocuparse más por levantar expectación, por pronunciar conferencias multitudinarias, por asegurar la presencia de las cámaras en sus entradas y salidas, por el impacto mediático de sus actuaciones, en fin, más que por el resultado práctico de las mismas. Y es que, ya lo dice el refrán: el que mucho abarca, poco aprieta. Pero esas ambiciones personales no son delito (en todo caso podrán ser una muestra de debilidad o de narcisismo), y consecuentemente, no se le juzga por ello.
Garzón comprometió su independencia hace años al intentar una incursión en la política. Quiso ser ministro de Interior y Justicia. Una incursión fallida, y de eso el Sr. Belloch y el Sr. González algo saben, pues lo engañaron como a un chino para ser cartel electoral y a la hora de la verdad, con las elecciones ganadas y los garbanzos y las dietas trincadas, le dieron la patada. Lo intentó, no le salió bien, y volvió a la carrera judicial como si nada. Pero no se le juzga por eso, porque tener ideas y posicionarse políticamente no es delito. Esas exhibiciones públicas en alguien que, como la mujer del César, no sólo tiene que ser justo, sino que además tiene que parecerlo, quedan en la ética de cada uno. 
Es delito incumplir la Ley, y por eso se le procesa. Y no le procesa un partido político, ni una asociación de fascistas. Le procesa el Tribunal Supremo, es decir, el máximo órgano judicial de este país llamado España. El mismo órgano judicial al que todos estos "intelectuales" han tratado de presionar de la manera más burda y vergonzosa: oponiendo respuestas políticas a argumentos jurídicos. Señal de que no han entendido nada, o de que si lo han entendido, tienen muy mala baba y unas dotes de manipulación que hasta el propio Maquiavelo lo fliparía.
Hasta los progres de Amnistía Internacional han metido mano en este bacalao, diciendo que "consideran insólito que el juez Garzón pueda ser juzgado por investigar las desapariciones de más de 100.000 personas ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista". Y dale. O no entienden nada o no lo quieren entender. 
Dicen los señores de Amnistía Internacional que "La Ley de Amnistía de 1977 ha sido invocada para perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y sus familias. Si este juicio se produce, será la primera vez en todo el mundo – al menos que tengamos constancia en Amnistía Internacional - que un magistrado, en democracia, es sentado en el banquillo por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales. Además, enviará un mensaje tremendamente negativo para otros jueces que lo intenten, tanto en España, como en el resto del mundo". Y dale. No sólo faltan a la verdad y presionan a los jueces, sino que encima ningunean al Parlamento, que fue quien aprobó la Ley de Amnistía.  Seguidamente, Amnistía Internacional invita a todos los convencidos a que entren en su página de facebook para dejar sus comentarios en el muro y compartan la noticia, y bla, bla, bla. Vamos, para engrosar la masa lanar carente de opinión propia y de espíritu crítico.
Todos estos "intelectuales", todos estos seres ideologizados hasta la médula no entienden que a Garzón no le ha condenado nadie. No entienden que Garzón puede ser absuelto, como cualquier procesado. No entienden nada de respeto a la Justicia. No entienden que a un juez se le puede (y se le debe) juzgar cuando presuntamente infringe la Ley. No entienden nada. Y lo que es peor: ninguno de ellos elevó su protesta airada cuando otros jueces, como Gómez de Liaño, fueron apartados de la carrera judicial por infringir la Ley. 
Todo ello demuestra, una vez más, que el circo montado en torno a Garzón es, puramente, político. 
Y es que la "memoria histórica" (o histérica, según se mire) es un buen recurso para encabronar a las masas, agitando fantasmas del pasado y distrayendo la atención de la cascada de problemas que nos está cayendo encima y que nos tiene calados hasta los huesos.

sábado, abril 10, 2010

JUSTICIA, COMILONAS, PARTIDOS Y ACCIDENTES



Hoy no tengo yo los nervios para escribir. Queda apenas una hora para el partido del siglo, qué digo del siglo, del milenio. El enésimo Barça-Madrid. La fuerza y la potencia de Cristiano Ronaldo contra la visión de juego y la magia de Leonel Messi. Dos muchachos elevados por las masas a la categoría de ídolos. Porque son eso, dos muchachos salidos de barrios donde el fútbol era la única escapatoria. Dos muchachos cotizados a millón de euros por quincena de trabajo (derechos publicitarios y primas aparte). Y es que el fútbol es igual a dinero. Y si no, que se lo digan a los cuarenta directivos que abarrotaban el Hotel Ritz hace unas horas y que se han puesto de bogavante hasta las trancas. Para estos, la crisis no existe, está claro. Aunque la comilona la hayan financiado, en el fondo, los socios del Madrid.
Hablaba por teléfono hace un rato con un amigo, madrileño de adopción, que está que lo rebosa porque pudo comprar una entrada para ver el Barça-Madrid por la módica cantidad de 150 euros. Yo reconozco que soy del Barça, pero no pagaría esas cifras ni aunque me sobrara la pasta. Lo que se ha guardado el muy cuco para el final de la conversación es que la ha revendido por 2.800 euros. Ahí lo entendí, yo estaría vestido de lagarterana bailando jotas por Callao. De hecho, voy a ver si consigo un par de entradas para la final de la Champions y acabo de pagar la hipoteca...
Pero nuestra conversación no se ha limitado al fútbol, la verdad es que nos hemos echado una buena parrafada. Hacía dos meses que no hablábamos, y claro... Me decía que comentaba con un compañero del trabajo lo del presidente polaco Kaczynski. Qué shock. Por lo que me decía, el año pasado estuvo en un viaje de trabajo en Polonia, donde pudo echarse unas risas sacándole punta a la historia aquella que protagonizaron los hermanos Kaczynski para que hablaran de ellos en Europa. Sí hombre, la historia de la homosexualidad de los teletubbies, prohibidos por ello en la televisión polaca. Pues lo que decía. Kaczynski, ese que se ha estrellado entre la niebla esta mañana en Smolensk con su avión presidencial y todo su séquito dentro: el vicepresidente del Parlamento polaco, diversos parlamentarios y líderes de distintos partidos, militares de alta graduación, asesores, el presidente del banco central polaco... Todos a mejor vida.

Me decía que el otro le decía (esto parece un programa del corazón, le dijo que me decía...) entre dientes que "no tendremos aquí la misma suerte". Se me excitan las meninges sólo de imaginarme al Presidente Zapatero, con Pepiño Blanco alias "lengua de serpiente", la sonriente y feliz Aido (a pesar de los 20 asesinatos de mujeres que llevamos en 3 meses), las dos Vicepresidentas (la política y la económica, como se autodefinen), una troupe de asesores  y estrategas monclovitas, algún politicastro del PP (de esos que ahora se pagan su propia defensa y dimiten de sus cargos en el partido pero no dejan el escaño ni con agua caliente, y de esos otros que todo lo consienten porque hay que actuar con prudencia) e incluso algún sindicalista de medio pelo, de esos que ahora hasta dan recetas económicas. Todos ellos metidos en un avión a punto de darse la hostia del siglo... No me digan que no lo han pensado nunca: sería una auténtica tragedia nacional.
Polonia vivirá unas elecciones en dos meses y... ¿qué apostamos a que sale elegido el otro hermano Kaczynski? El tiempo y las urnas lo dirán.

Para entonces ya sabremos si Garzón es condenado o no. Pobre Garzón, con lo que ha bregado el pobre. Que nunca ha tenido afán publicitario ni nada. Total, lo de procesar a Pinochet estaba cantado, menudo cabrón era. Este país es muy injusto. Uno se dedica -jugándose el tipo- a investigar el franquismo y a pedir al Registro Civil una certificación de la muerte de Franco (no sea que siga vivo y ande por Benidorm jugando al golf), y las fuerzas reaccionarias y fascistas se echan sobre él como alimañas. Porque no parece sino que el Tribunal Supremo esté guiado por Falange Española y de las JONS (jo, yo creía que estas organizaciones ya ni existían, pero veo que estaba equivocado), que seguro que eso de que presuntamente el Sr. magistrado ha actuado sobrepasando los límites legales es una patraña para empurarle. Pues menudos son los jueces del Supremo. Por suerte, tenemos a Zapatero pidiendo respeto a la Justicia mientras suelta a sus bulldogs políticos y audiovisuales para que esparzan mierda y confusión y de paso pongan al Supremo a parir. Eso es respeto a la Justicia, y lo demás milongas primaverales.
Nada, nada, me entregaré al fútbol esta noche sin remisión. El panorama invita a ello. Pronostico desde aquí un 2-3 favorable al Barça. Goles de Higuain (1), Cristiano Ronaldo (1, de penalti), Messi (2) e Iniesta (1). Bread and circus again.