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lunes, junio 28, 2010

PARADOJAS

Lo sé. Les tengo abandonados. Mis queridos lectores, y sobre todo mis queridas (quiero decir, mis queridas lectoras) sabrán disculparme y entender que un Mundial es cada cuatro años... Precisamente porque es sólo cada cuatro años, no es para perdérselo, máxime cuando todos dependemos de los caprichos sinuosos de la parca, entretenida en hilar, en devanar y por fin en cortar sin miramientos aquí o allá para llevarnos al jardín de las delicias, o sea que teniendo en cuenta que sólo el cielo sabrá donde estaremos dentro de cuatro años, la cosa no es para hacer tonterías. Es lo que le digo a toda mujer que me interroga inquisitorialmente, con mirada de género y sin ánimo alguno de entender por qué somos capaces de ver un Mundial del tirón, partido tras partido, resumen tras resumen, gol tras gol, repetición tras repetición: ¿no lo entiendes? mañana puedo estar muerto. 
Pero esto del Mundial no consiste solamente en tragarse un partido detrás de otro, no crean. No es sólo ver a veintidos millonarios darle patadas a un balón. No. No consiste únicamente en asistir al penoso espectáculo en el que un ex-seleccionador, olvidado ya por todos y herido en su orgullo de viejo labrador, agrede verbalmente al nuevo seleccionador reclamando su cuota de atención ahora perdida, diciéndole que no tiene ni repajolera idea de llevar un equipo. Tampoco consiste en hacer cábalas con el gol average, con los partes de bajas (he dicho de bajas, no de pajas) emitidos por los médicos de los distintos combinados nacionales, con los errores arbitrales... 
Un Mundial es mucho más. Un Mundial es un foco de energía tan potente que es capaz de mover países enteros. Es el tamiz por el que se filtran las ilusiones de millones de personas golpeadas por la política, por el engaño, por el desengaño, por el paro, por la crisis, por los amigos que te dejan en la estacada, por las suegras que gustosamente estrangularíamos. Es un acontecimiento del que no nos privará ni siquiera el detestable zumbido de las vuvufelas sudafricanas.
Un Mundial es, sobre todo, un ejercicio de asimilación de fenómenos sociológicos inexplicables. ¿O es que alguien puede explicarme cómo es posible que esa dócil ama de casa de la ventana de enfrente termine con la cara pintada de rojigualda, los ojos desorbitados y gritándole hijo de puta al árbitro delante de los niños? ¿O cómo puede ser que mi propio médico de cabecera, ahora de familia, ese ser tan gris, tan impersonal, tan adusto y frío, termine -sin psicotrópicos de por medio- envuelto en una bandera enarbolando una San Miguel my friend y gritando en el bar hasta perder todo sentido del ridículo y de la decencia?
¿Cómo puede ser que yo, un ente biónico mitad carne de cañón mitad acero toledano, pierda aceite delante de la pantalla? Porque los androides cuando nos emocionamos, perdemos aceite. Ustedes lloran, nosotros perdemos aceite. La cosa es así de simple.
Decía que un Mundial es un ejercicio de asimilación de fenómenos sociológicos inexplicables, y es cierto. Que alguien me explique cómo ha sido que un país que tradicionalmente se avergüenza de sus símbolos nacionales, hasta el punto de llamar a su selección nacional de fútbol con un eufemismo miedoso ("la roja"), destinado a no despertar susceptibilidades con otras alusiones más directas, se haya poblado de banderas españolas. Tanto que casi cansa, oiga. Todo está lleno literalmente de banderas de "estepaís": los balcones, las ventanas, las terrazas, los bares, las tiendas... Se ve gente con la camiseta de la selección por la calle, vestidos de rojigualda con la mayor naturalidad del mundo, como el que lleva un polo de Pedro del Hierro (por citar una marca barata y masificada). 
Y no me refiero a los niños, que de por sí son inconscientes y sinceros, y no están tocados por la varita de los prejuicios. Qué va, me refiero a los adultos. Que hasta la Srta. Goebbels Pajín, con esa perfecta vocalización conseguida en el XIII curso de dicción del PSOE (se le nota que su formación, al igual que su experiencia laboral, es exclusivamente de partido), después de culpar al PP del uso del burka en nuestras calles, se hincha de orgullo cuando habla de España y de esos nuestros jugadores que elevan la moral de esta nuestra querida España y son un claro ejemplo para todos y todas.
O algo está cambiando, y este país se está sacudiendo ciertas vergüenzas, o se trata de una enajenación mental transitoria. Todavía no lo tengo claro. Si cuando acabe el Mundial todo el mundo agacha las orejas, recoge su bandera y la mete en el cajón, volviendo al anonimato nacional, es que no habrá cambiado nada. Si por el contrario, hay un porcentaje -aunque sea mínimo- de personas que deciden dejar la bandera donde la pusieron, será que de verdad algo está cambiando. De momento, ayer salí con mi cámara y me hinché a hacer fotos. No me negarán que es un espectáculo ver todos los edificios llenos de banderas. Como si viniera Letizia, pero sin Letizia. Lo que el fútbol no consiga...
En esas calles americanas bordeadas de largas filas de casas unifamiliares es frecuente ver banderas de Estados Unidos en los jardines. Banderas grandes, con su mástil y todo, no banderas de juguete como las que aquí han regalado los periódicos. Incluso hay gente, norteamericanos anónimos (pobres enfermos) que izan la bandera por la mañana y la arrían por la noche. Y nadie se lleva las manos a la cabeza. Y a nadie se le ocurre llamar sudista o algo por el estilo a los autores de tan patrióticos comportamientos. En Estados Unidos es normal sentirse orgulloso de ser estadounidense. Aquí durante demasiado tiempo hemos sentido vergüenza ajena de ser españoles. Hemos vivido tan manipulados por las falsedades históricas de la ideología, tan apocados por el qué dirán, tan coaccionados por los que no admiten otra bandera que la suya y tan absorbidos por la mal llamada corrección política -rayana en el absurdo- que era una vergüenza sentirse español. Tanto que era ver por la calle a alguien con una pegatina minúscula de la bandera en el reloj y pensábamos "un facha". O lo que es peor, "uno del PP". Pero algo está cambiando. O algo me gustaría que cambiara. 
No sé si ganaremos el Mundial, pero sí les digo una cosa: celebraré mi cumpleaños el próximo día 11 viendo la final en un pub londinense, con la camiseta de España, y brindando con una pinta en una mano, my friend, ganemos o perdamos. Porque aunque Inglaterra ya ha sido eliminada y todo el mundo está muy sensible con el atraco arbitral a Frank Lampard y a todo un país, allí nadie me llamará facha.
En el fondo, ya lo dice la canción: este país es así. Espléndido. A pesar de los energúmenos ideológicos que nos acechan en cada esquina estatutaria. Me consta que Ibarreche, Montilla, Otegui, Usabiaga, Carod Rovira, Puigcercós, y todos estos "demócratas" de pacotilla (de hojalata, diría Pepiño) cuyo concepto de democracia consiste en la exterminación de toda idea que no coincida con la suya, estos prendas que son capaces de promulgar una Ley del idioma de signos catalán (BOE de 28 de junio de 2010), deben estar hasta el cuello de ansiolíticos: la visión de tanta bandera de España debe ser difícilmente digerible para ellos.

lunes, junio 21, 2010

CARTA DE UNA FUNCIONARIA DE GRANADA A CARLOS HERRERA

To: herreraenlaonda@ondacero.es
Subject: Ya no quiero escucharte.
Date: Thu, 10 Jun 2010 17:21:01 +0200


Estimado Carlos:


Mis motivos para escucharte cada mañana no han sido otros que el placer de escuchar una información imparcial, coherente y objetiva, cualidades esenciales en el oficio de periodista pero que en pocos medios de comunicación españoles, y ahora creo que en ninguno, es  fácil encontrar.
He disfrutado también muchísimo de tus grandes dotes de comunicador y, sinceramente, me he divertido bastante oyéndote.
Y por eso lo siento mucho.
Siento mucho haber tenido que ver al final tu faceta más humana desde el punto de vista negativo. Ver como la imparcialidad, la coherencia y la objetividad han ido abandonando tus opiniones a medida que el tema de la crisis económica avanza. He soportado día tras día ver que, primero, lanzabas indirectas para que se "metiera mano" (lo siento, no se me ocurre ahora mismo una forma más correcta de decirlo) de una vez a los empleados públicos. Y, después, desde hace unos días, comprobar la satisfacción que te causa el hecho de que por fin el Gobierno haya adoptado esta medida que, entre otras, recorta el gasto público.
Querría hacer un inciso aquí. Parece que hay muchas personas que sólo pensáis en el gasto que ocasionamos a vuestros (nuestros también, no lo olvides), bolsillos. Olvidáis y os reís de la "PRODUCCIÓN" pública que es la que justifica este gasto. Es que ni pensáis en ella. No estoy hablando de altos cargos puestos a dedo que estropean más que arreglan y que no se irán, no lo dudes,  sino de los "curritos" que como en cualquier empresa trabajamos nuestras treinta y siete horas y media semanales, en muchas ocasiones en condiciones más que complicadas porque no contamos con los medios suficientes para poder estar a la altura de lo que se nos responsabiliza. Atendiendo a público cabreado e impaciente, cuidando y formando a vuestros hijos, responsabilizándonos de la salud de pacientes a los que  tenemos que ver en tiempo record, manteniendo y limpiando los espacios en los que vivís, protegiendo vuestra seguridad... En fin...
Igual tú no has necesitado de estos servicios porque puedes pagar medios privados: gestores, colegios, clínicas, médicos, seguridad, etc...., pero te aseguro que gran parte de la población, entre la que me encuentro, los necesitamos porque nuestro sueldo, los privilegiados que lo tenemos, no da para más. De los que no lo tienen, ni te hablo.
En fin, te he escuchado defender esta medida y....bueno, es tu opinión como la de muchas personas. Injusta, indicadora de un desconocimiento total de la labor que realizamos  (¿cómo la vas a conocer si, como te decía, poco tendrás que usarla?) y, por lo que a mí respecta, triste. 
Es de MI TRABAJO, del que hablas. El que crees que hay que remunerar menos. El que infravaloras en definitiva.
Pero en fin, he seguido escuchándote a pesar de todo porque no hacías más que manifestar eso, una opinión. Pero hoy voy a dejar de hacerlo. 
Hoy he comprobado que te has vuelto parcial, incoherente y subjetivo. 
Y ya no me parece interesante oírte.
Ahora que el Gobierno  ha dejado de mirarme y te mira a ti, que entiendo te cuentas entre las afortunadas personas que ganan más de 80.000 euros al año, te sientes indignado. Ves los "peros" de dejar a los ciudadanos con menos dinero que gastar y te parece que esa medida es injusta y poco útil, peor aún, que puede ser devastadora para los mercados.
Ya. ¿Para qué mercados? ¿Para las grandes firmas como Loewe? ¿Para la casa Mercedes? ¿Para el hotel Alfonso XIII? ¿Para restaurantes como Zalacaín o La Broche? Te aseguro que los que ganáis más de ochenta mil euros al año (declarados) no vais, por la subida de un punto o dos más en el IRPF a dejar de gastar en ellos. Ni lo van a notar, te lo aseguro. Ese mercado no se va a ver resentido. Y si no podéis vosotros, cosa que dudo, ya seguirán acudiendo a él los que no declaran las fortunas que ganan.  Siempre ha
sido así. A estas grandes empresas, nunca les fallan sus clientes.
Las tiendecitas de barrio, el bar que hay debajo de casa, los restaurantes normalitos, los hoteles de dos y tres estrellas, las gamas bajas de vehículos.... ese mercado que es el al que podemos acceder la mayoría de los españoles y del que viven otros tantos, como no es frecuentado por las personas que ganan más de 80.000 euros al año, igual sí que se ve afectado.
Tiendo a pensar, por la parte que me toca, que el recorte de sueldo de los empleados públicos, que sin ningún pudor ni conocimiento defiendes, sí que le va a hacer daño. Sí que le va a hacer daño la congelación de las pensiones. Llegamos a fin de mes justitos, así es que el dinero que nos quiten ahora, lo tendremos que quitar de nuestro consumo en estos establecimientos/empresas. A este recorte, por cierto, tenemos que añadir la subida del IVA y de la energía eléctrica, de las que tampoco nos libramos. Así es que los mil/mil quinientos euros que ganamos la mayoría de nosotros, una vez que nos apliquen el recorte salarial, como podrás comprender a poco que sumes, se nos irá en pagar la hipoteca/alquiler, la comida, el agua, la luz.... y poco más nos quedará para el consumo.
Carlos, todos podemos traernos al trabajo el desayuno de casa, no hay mucho problema. También podemos aguantar con los zapatos y la ropa del año pasado, tomarnos en casa la cervecita con nuestros amigos, comer 
con ellos también en casa en lugar de ir a un restaurante de vez en cuando y "aguantar" el coche un poco más. El problema será para el dueño del bar que vivía de servir desayunos a esa "panda de vagos" que somos los empleados públicos.
Para el dueño de un pequeño comercio de ropa o calzado, del restaurante sencillito, del hotel familiar, del supermercado de barrio, del concesionario que vende coches de ocasión.... Y para sus empleados. Este sector de mercado lo tendrá realmente bastante más difícil para sobrevivir que el de Loewe, Zalacaín, el hotel Alfonso XIII o la Mercedes. Y, como te comentaba, a éste mercado es al que accedemos la mayoría de los españoles.
Sin ninguna duda al menos, los funcionarios, como nos llamas a todos, y los pensionistas.
Mira, te voy a mostrar lo que entiendo yo por solidaridad, por responsabilidad, por coherencia y por justicia.
Yo no tengo ningún problema en apretarme el cinturón (si es que esto, como dudo, puede solucionar algo), para que con este dinero se puedan pagar subsidios de desempleo, gastos sociales y disminuir el déficit del Estado.
Para que podamos salir de esta situación caótica en la que la coyuntura mundial y la vergonzosa ineptitud de nuestra clase política (de todos los signos) nos han metido. Creo que es absolutamente necesario, justo y razonable. Pero hay dos aspectos que me harían sentirme más conforme y más tranquila.
Uno de ellos sería que de este esfuerzo que se nos exige a los pensionistas y empleados públicos no se escape nadie en este país. Que contribuyamos TODOS y TODOS arrimemos el hombro. Ricos y menos ricos. 
Empleados públicos y PRIVADOS. Todos los trabajadores y los dueños de grandes fortunas. No os pongáis a temblar los que ganáis más, que vosotros lo váis a notar relativamente poco.
El segundo aspecto que me haría no plantearme siquiera sentirme molesta con este recorte es que una vez que esta situación pase, que pasará como todas las crisis, se nos devolviera a TODOS también el poder adquisitivo que teníamos antes de padecerla. Que no sólo lo privado se beneficie de las épocas de bonanza mientras que a nosotros se nos mantiene, incluso yendo el pais bien, en la misma situación económica que en los momentos de "urgencia social". Que cuando pasen esos momentos, se nos restituya a la situación que teníamos antes de la crisis como a todo hijo de vecino. No pretendería más.
Con estas dos condiciones, entrego gustosamente mi dinero para contribuir a que nuestro país no se desmorone del todo. Para ayudar al que ahora mismo tiene la desgracia de estar en paro y a sus familias. 
Lo entrego con los ojos cerrados. Por solidaridad, por responsabilidad y porque lo considero justo. Pero tú y yo sabemos que no va a ser así. Que nunca ha sucedido así.
Carlos, todo lo que de justo tiene que yo tenga que contribuir al arreglo de esto, lo tiene de injusto el hecho de que no seamos todos los que lo hagamos. Que tenga que seguir contribuyendo a esto aún cuando "esto", haya pasado. ¿Me puedes dar una sóla razón para que no se toque a grandes sueldos que no han sido recortados; a las grandes fortunas? ¿Me la puedes dar para que las subidas salariales que se nos aplican después de las "crisis" se hagan en un porcentaje muy inferior al de la subida del IPC del año que toque y sobre sueldos congelados (ahora, reducidos) durante sabe Dios cuántos años esta vez?.
Esto no es demagogia. Es la realidad pura y dura. Creo que objetiva, imparcial y coherente. Como eras tú antes de ver peligrar un poco de lo mucho que tienes.
Si quieres, te puedo dar un consejo acerca de cómo pasar el mal rato de ver horrorizado que ahora te puede tocar a ti: Sencillamente, aprieta los dientes y aguanta. Es la medicina que tomamos nosotros, los "funcionarios", como nos llamas. Y ahí vamos, tirando "palante". 
Trabajando exactamente igual, con la misma responsabilidad, que cuando ganábamos más. Asumiendo por añadidura el trabajo de los compañeros a los que no se sustituirá por la crisis. Otro inciso: no querría pensar
que ahora te estás cuestionando la calidad del trabajo de PROFESIONALES de la medicina, de la enseñanza, de la gestión, de la investigación, de la seguridad..... no querría pensar que la ancestral imagen del "funcionario" de manguito vago, poco formado e inútil, aún está en tu mente. No puedes ser tan....limitado. Y, a todo esto, no todos somos funcionarios, te rogaría que nos denominaras bien si quieres generalizar. Te informo de que la designación exacta es empleado público. Algunos de nosotros tampoco tenemos la estabilidad en el empleo que tanto se envidia y que, al parecer justifica todo lo que se nos diga o haga. Hay muchos contratados laborales a los que también se les aplica, por cierto, la bajada de retribuciones y que también pueden ser despedidos cualquier día.
Y aquí acabo. Sé que esta carta no la vas a leer en tu programa, por su extensión y por su contenido. No importa, sólo quiero que la leas tú (de darle difusión, ya me encargaré yo misma) y que pienses un poquito, si te dignas, en lo que te cuenta esta humilde ex-"fósfora" tuya. Y que, si es posible, dejes de amargarles las mañanas a los TRABAJADORES públicos, aunque me temo que probablemente esta carta tenga el efecto contrario si tienes la soberbia que, no sé por qué, ahora te presupongo. Será por lo que me has cabreado y ojalá me equivoque.
Un saludo y que Dios nos pille confesados. A TODOS, Carlos.
Concha.


NOTA: Efectivamente, y como la autora presuponía, esta carta no fue leída en antena. Las verdades duelen.

jueves, junio 17, 2010

LOS PALOS ROJOS DEL SOMBRAJO

Por si la economía y la política no nos dieran ya suficientes disgustos, va la selección y la caga en el primer partido del Mundial. En verdad, hermanos, está siendo una década prodigiosamente aciaga. Nos debe haber mirado un tuerto, porque esto no tiene demasiada explicación. 
Teníamos una economía de Champions League, y ahora estamos al borde del rescate por parte de la Unión Europea. Pero no nos hagamos ilusiones: "rescate" no es sinónimo de "inyección monetaria gratuita para salir del paso y tapar unos agujeros". No. "Rescate" es sinónimo de préstamos que habrá que devolver con los correspondientes intereses. Igual que sucedió con Grecia. Recordemos que cuando Zapatero anunció que España contribuiría al rescate de Grecia con nosecuántos cientos de millones de euros, aclaró que no debíamos preocuparnos, que era dinero prestado al nosecuántos por cien de interés, y que íbamos a hacer un negocio redondo. Pues ese mismo negocio es el que va a hacer el resto de Europa con nosotros a poco que nos descuidemos.
Teníamos una democracia consolidada, fruto de una transición ejemplar, y ahora tenemos una democracia con los pilares fundamentales (Judicatura, Fiscalía, Tribunal Constitucional...) totalmente politizados y desprestigiados. 
Teníamos una sociedad moderna, plural y vitalista, con esa despreocupación, ese saber disfrutar de la vida y ese gracejo tipical spanish que nos diferencia del resto de nuestros vecinos muermo-europeos. Y ahora tenemos una sociedad cabreada, congelada, recortada y sobrepasada por la realidad, una sociedad que habla de Franco, del fascismo, de la memoria histórica y que discute -a favor o en contra- sobre las últimas exhumaciones de cadáveres de víctimas de la Guerra Civil.
Teníamos un Estado laico, en el que ya se llegaban a plantear cuestiones antes impensables, como la financiación de la Iglesia Católica, la enseñanza de la religión, o simplemente la presencia religiosa en la sociedad civil. Y ahora tenemos un Estado que subvenciona con fondos públicos a asociaciones islámicas, que construye mezquitas y que se plantea "regular" (Ministro de Justicia dixit) el uso del burka, una prenda denigrante que no es más que una cárcel negra y polvorienta bajo la que los tolerantes islamistas sepultan cualquier hilillo de dignidad femenina, condenando a las mujeres al más violento anonimato.
Y teníamos el mejor equipo de fútbol de la historia, nacido de la Liga de las estrellas BBVA. Campeones de Europa, una racha memorable, nosecuántos partidos sin perder, victorias ante Alemania, Francia, Italia... Por fin ganábamos a los grandes y no nos conformábamos con ganar a Ghana (valga la rebuznancia). ¿Y qué tenemos? Tenemos una selección llamada "la roja" (adjetivo que de por sí es bastante sospechoso...), no España ni la selección española (no vayamos a ofender determinadas sensibilidades autonómicas), sino "la roja", que en su debut estelar del Mundial, va y la caga con un equipo más que mediocre como Suiza, que para más inri, nunca había ganado a España en competición oficial. Y lo peor es que hemos perdido el partido (obsérvese cómo me involucro/identifico con la roja) jugando bien, que duele todavía más. Lo dicho: que se me caen los palos rojos del sombrajo.
Hemos pasado del "Jugamos como nunca y perdimos como siempre" al "Jugamos como siempre y perdimos como siempre". Y ya es raro que pasen estas cosas, teniendo en cuenta que los jugadores están primados por la Federación (de nuevo dinero público) con nada menos que 600.000 euros por cabeza si consiguen ganar el Mundial. O sea: 100 millones de pesetas de las de antes del euro. Para cada uno. Nada menos. Con la que está cayendo. Y van los pavos y hacen un partido como el que hacen. Pero es entendible: tengamos en cuenta que son chicos jóvenes, la mayoría de ellos podridos de dinero desde los 16 años. ¿Qué es para ellos esa suma de dinero, que muchos ganan en unos meses? Nada. 
Por eso yo propongo un nuevo sistema de primas. Todavía estamos a tiempo de enmendar el rumbo futbolístico (el rumbo político y económico están definitivamente jodidos). Propongo animar a nuestros chicos, que deben estar muy tristes, confiar en ellos como llevamos confiando desde la Eurocopa, y modificar el sistema de primas: en vez de pagarle a cada uno 600.000 euros si ganan, hagámoslo al revés. Que cada uno tenga que pagar 600.000 euros si vuelven a perder. O mejor: si son eliminados del Mundial, que se les corte la cabeza en una plaza pública. Así sí que ganaríamos el Mundial. Fijo.
Ahora que... si a ellos les cortamos la cabeza por perder un partido... ¿qué haremos con un Presidente del Gobierno que en el Congreso de los Diputados reconoce expresamente que ni su Gobierno ni él han contribuido en nada a aumentar el crédito exterior de España? ¿Le cortamos los huevos y se los hacemos comer?

martes, junio 15, 2010

EL ACONTECIMIENTO PLANETARIO LLEGA A SU FIN


Sólo faltan quince días. En quince días, la conjunción estelar dejará de estar alineada. Podíamos haber disfrutado enormemente en estos seis meses, pero lejos de haber sido verdaderamente planetaria, como prometía la Pajín (la obrera de los tres sueldazos que separa las sílabas para que la entendamos bien), la presidencia rotatoria de España en la Unión Europea ha sido de vergüenza ajena. 
El estelar ZP comenzó su presidencia europea, como es habitual en él, vendiendo humo de todos los colores, con  grandes alharacas y con enormes declaraciones de intenciones, incluso sugiriendo que la Unión Europea sancionara a aquellos Estados miembros que se alejaran de los objetivos comunitarios de déficit público. Eso lo dijo el presidente de un gobierno responsable de un país con un déficit público brutal, con casi 5.000.000 de parados, y con la economía absolutamente estancada. Hasta tal punto, que los motores de Europa, Francia y Alemania, salieron rápidamente al paso de tales declaraciones para cortarle las alas al imprudente Zapatero y ponerlo en su lugar. Ese Zapatero inicial, asesorado por figurones como Felipe González (que dejo este país con la moral por los suelos, con una crisis económica considerable, algún director general huido de la Justicia y algún ministro encarcelado por terrorismo de Estado) o Jacques Delors -del cual me abstendré de hacer comentarios por razones obvias-, es el mismo que acaba la presidencia europea habiendo llevado a su país al borde de la quiebra, y con insistentes rumores de que se está preparando un rescate de la economía española, al estilo griego.
Toda la prensa europea acogió a Zapatero con enormes reservas: The Financial, The Guardian, The Independent-diario de izquierdas que sin embargo lo califica como campeón del paro y la miseria-, Le Monde, Le Figaro, Die Welt…todos, lo han calificado como una desgracia inevitable y por suerte, tan temporal como rotatoria.

Ha sido una Presidencia tan vacía de contenidos como llena de propaganda: lo primero que se inauguró -claro- fue una página web. No se ha inaugurado nada más. De hecho los últimos meses han estado plagados de minicumbres de segunda fila, con asistentes de segunda fila, y que incluso han contado con la sonora ausencia del estelar presidente (de turno), demasiado preocupado quizá en aplicar la política económica -radicalmente contraria a su desfasado ideario- que le han impuesto desde el eje francoalemán, con  la presión del otro ente estelar, Barack Obama, que lejos de servirle a Zapatero de palanca para su proyecto planetario, le ha arreado una colleja en todo lo alto poco menos que diciéndole que cuando pensaba poner remedio al desastre económico español.
Ni siquiera la iniciativa española sobre maltrato de la mujer ha calado en la Unión Europea, que rechazó la moción española. Es normal. En Europa no se andan con bobadas, y a los dirigentes europeos les revienta bastante que se les pretenda entretener con milongas para perder el tiempo y acaparar titulares: en España en cambio se ideologiza hasta la violencia, y se habla de violencia machista, de violencia de género... La violencia es violencia, y como tal ha de ser sancionada en todos los casos. Y para eso existe un Código Penal. Si se quiere acabar con ese tipo de violencia, refórmese el Código Penal, increméntense las penas y exíjase su cumplimiento íntegro. Lo demás son florituras de partido (partidarias, que diría la ignorante De la Vega, una Vicepresidenta que desconoce las diferencias entre "partidista" y "partidario"). 
A los datos me remito: decenas de mujeres siguen siendo asesinadas, centenares de denuncias falsas se presentan en los juzgados todos los meses, centenares de órdenes de alejamiento son violadas por la absoluta imposibilidad de vigilar el cumplimiento de todas ellas, y para rematar la faena, decenas de jueces han elevado cuestiones de inconstitucionalidad al Tribunal Constitucional contra la Ley de Violencia de Género, por entender que las discriminaciones "positivas" que contiene son contrarias a la Constitución. 
El proyecto estrella de Bibiana Aido, la adalid de la igualdad que ahora nos sorprende con una policía igualitaria que inspeccionará las empresas para verificar el cumplimiento de la absurda paridad (ella los llama "agentes de igualdad"), y la conexión planetaria irrepetible de la Pajín, se han revelado como dos nuevas humaredas. Como las de su patrón, el presidente en horas bajas, al que ya hasta le convocan huelgas generales con cuatro meses de antelación, para que vaya mentalizándose. 
Ha sido en la Presidencia europea (rotatoria) de España, cuando Mohammed VI ha reivindicado de nuevo Ceuta y Melilla como parte del territorio marroquí, ante el silencio del Ministerio de Asuntos Exteriores. Ello desconociendo que mucho antes de que se constituyera el reino de Marruecos, Ceuta y Melilla YA eran dos provincias españolas. Pero Moratinos calla ante la afrenta reiterada y escasamente diplomática del máximo exponente de la monarquía absoluta marroquí. 
Ha sido en la Presidencia europea (rotatoria) de España, cuando el gobierno ha cedido  a Gibraltar soberanía sobre aguas jurisdiccionales españolas, pues según los Convenios internacionales en vigor, corresponde a Gibraltar el dominio sobre las aguas del puerto, y ni un metro más. Pues bien, patrulleras gibraltareñas han acosado a patrulleras de la Guardia Civil en aguas jurisdiccionales españolas ante el clamoroso silencio del Ministerio de Asuntos Exteriores.
Ha sido durante la Presidencia europea (rotatoria) de España, en fin, cuando hemos sido el hazmerreir de todas las cancillerías europeas, representados por un gobierno patético, sobrepasado en todos los frentes, sin capacidad de reacción ante nada, intervenido económicamente por Bruselas y dirigido por auténticos ineptos que no saben ni lo que se traen entre manos. Un gobierno, todo hay que decirlo, contestado por una oposición impresentable, ensimismada en sus luchas de poder internas, insegura, que no se arriesga ni un milímetro, temerosa de sus propios errores.
Por eso, lo mejor que nos puede ocurrir, es que se acabe de una vez el semestre planetario y tome Bélgica las riendas del experimento europeo. Aún con los enormes problemas políticos entre las dos comunidades mayoritarias, y a punto de separarse en dos Estados, es difícil que lo hagan peor que España.
Está claro que en este país dirigido por una banda de incompetentes se gobierna a base de humo y de ocurrencias, y eso en Europa, no vende.
La pregunta es: ¿cuándo se dará cuenta el electorado español de que debajo del humo, normalmente hay fuego?

miércoles, junio 09, 2010

POR ENCIMA DE MIS POSIBILIDADES

Estoy cansado de oir que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades.  Dejen que salga mi lado más heavy: estoy hasta los huevos. No hay político de tres al cuarto que no me diga que he vivido por encima de mis posibilidades. Yo me miro y me veo con el mismo coche desde hace 10 años. No me fui de vacaciones a Madagascar, ni a Las Vegas. Tampoco he visitado Dubai ni me he ido de compras a París porque había un fin de semana que no sabía qué hacer. Tampoco me he comprado un apartamento en Marina D'or Ciudad de Vacaciones. No he pedido créditos que rebasen mi renta disponible, y tampoco me compré aquella cazadora de Armani que vi con una etiqueta que ponía 3.200 euros. 
La Honda de 500 c.c. que tanto me gustaba, con aquella rueda trasera ancha como las caderas de Elsa Pataky y con un asiento que parecía de piel de mujer, tampoco me la compré. Al revés, preveyendo épocas peores, metí algo de dinero en un fondo de inversión y cuando lo rescaté me aplicaron un hachazo fiscal que me dejaron doblado. Por querer ahorrar. A quién se le ocurre...
Pero todos me dicen que he vivido por encima de mis posibilidades. A estos políticos que tenemos y sufrimos desde el estupor, a estos ministros que cogen los Falcon de tres en tres, como si no pudieran utilizar un sólo avión para viajar al mismo sitio el mismo día, les digo yo que no tienen vergüenza. Que los nuevos ricos han sido y siguen siendo ellos, tirando de coche oficial hasta para ir al hipermercado o a la playa con los niños, tirando de escoltas hasta cuando van de putas (sí, de putas, porque son muy progres pero hay putas de lujo muy apetecibles, y el estrés de gobernar sólo lo entiende el que se dedica a tan incomprendida labor). 
Y tirando de aviones de la Fuerza Aérea.
Estos días, el Tribunal de Cuentas le ha sugerido al Congreso "que regule" la utilización de medios de transporte oficiales para actos de partido. Una forma muy suave y diplomática de decirle al Sr. Presidente del Desgobierno, que cuando vaya de mitin a Dos Hermanas o a Rodiezmo, a insultar la inteligencia de los pobres mineros y a levantar el puño mientras se ríe de la jugada con Leire y Bibi, coja su coche, o el AVE, o un avión de línea regular, en vez de movilizar un Falcon a razón de 4.000 euros la hora. 
Es curioso, pero cuando el Tribunal de Cuentas se dirige a cualquier Ayuntamiento, por ejemplo porque no le conste un ingreso de 80 euros, le manda al desdichado interventor un papelito de la Fiscalía (repito: de la Fiscalía) de dicho Tribunal amenazando con la apertura de "diligencias preprocesales", porque parece que faltan 80 euros. Pero cuando es el Presidente el que tira de recursos públicos para fines privados, el toque es de lo más sutil. Una evidente aplicación del principio de igualdad consagrado por el art. 14 de la Constitución: al funcionario cualificado se le amenaza con empurarle por 80 euros, y al Presidente del Desgobierno, aunque sea un inepto y un jeta que nos está llevando a la ruina, se le toca la flauta travesera de fondo.
El toque del Tribunal de Cuentas se ha sabido el mismo día que se ha conocido que tres ministros de este Desgobierno utilizaron tres Falcon (uno para cada uno, con dos cojones) para viajar el mismo día a Bruselas. Como si no se hablaran. Como si estuvieran enfadados ellos. Se pulieron 42.000 euros de dinero público en un día entre el flete de los aviones, honorarios y dietas de las tripulaciones y escoltas, y en combustible. Lo más cercano a una malversación de caudales públicos, pero eso al Tribunal de Cuentos, perdón, de Cuentas, no le preocupa. Era para un acto oficial. Y total, pagan los paletos de siempre...
La Delegada del Desgobierno en Extremadura, Carmen Pereira (es esta con pinta de feminista progre que posa a la izquierda), que también los tiene bien puestos, asistió el domingo pasado a los actos del Día de las Fuerzas Armadas. En mitad del acto (qué sugerente suena esto, si no fuera por lo rematadamente fea que es la pobre...), se dio cuenta de que había perdido las llaves de su casa. ¿Y qué se le ocurrió? Pues como estaba rodeada de hombretones fuertes y armados (de ahí lo de Fuerzas Armadas), mandó a una pareja de la Guardia Civil "a buscar a su asistenta, que tenía otro juego de llaves, para que se lo llevaran". Tal como suena. Porque ella lo vale. Para eso es autoridad. La asistenta en cuestión vive en Sagrajas, un pueblecillo de Badajoz. Sagrillas no, Sagrajas. Ya sé que esto parece salido del "Cuéntame", pero pasó hace dos semanas, de verdad. Así que los dos sufridos funcionarios (otros que seguro que también viven por encima de sus posibilidades) tuvieron que tirar de vehículo oficial pintado de verde, y hala, a Sagrajas a buscar a la asistenta de la Delegada... Parece ser que los pobres guardias, en esa misión de indudable servicio público, tuvieron que ir preguntando por el pueblo, porque la inteligencia de la Delegada no fue suficiente para facilitarles la dirección exacta de su casa. Estaría demasiado ocupada haciendo manitas políticas con Carme Chacón y comentándole el acierto de joder las fiestas del Corpus, tanto himno y tanto presentar armas y tanta leche... 
Estos son los políticos que tenemos. ¿No son ellos los que se comportan como nuevos ricos? ¿No son ellos los que van por la vida sacando pecho y poniendo grandes poses? Pues sí, son ellos. 
Son ellos los que nos están robando, y luego nos dicen que hay que apretar la tuerca, que es que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. 
Son ellos los que tienen la desfachatez, la marmórea cara de decirnos que nos están "pidiendo un esfuerzo solidario colectivo", un "arrimar el hombro", cuando lo que están haciendo en realidad es atracar a mano armada y de manera coactiva (ni siquiera expropiar, pues la expropiación conlleva indemnización) los escasos bolsillos de los funcionarios, de los pensionistas, y próximamente de todos los que en este país pagamos impuestos. Prueben a negarse a ese "esfuerzo solidario", ya verán el resultado. No nos están pidiendo nada, nos lo están robando directamente. 
El inmenso fraude fiscal que tenemos desde hace décadas, las fortunas colocadas hábilmente, las empresas que quiebran tras recibir millonarias subvenciones públicas y los beneficios desmedidos de la banca, ya los perseguiremos otro día. Y la racionalidad en el gasto público la dejaremos para cuando gobiernen otros. Ahora hay que aprovechar.
Háganme caso, si pueden y les queda algo de dinero, sáquenlo de España. La traca final está por llegar.

martes, junio 01, 2010

LO QUE A MI ME TOCA LOS COJONES

Hay un blog pululando por estos lares que se titula a si mismo "Lo que me toca los cojones". Es un blog muy respetuoso, lo único que puedo achacar a su autor es que su fondo de armario es un poco escaso, y que se pasa un pelín cuando se trata de atacar a aquéllos que no comparten su ideología, llamándoles asesinos, fascistas, y lindezas parecidas, todas ellas muy democráticas. Pero por lo demás, es muy respetuoso y defiende esa idea tan plural e intelectualmente elaborada, consistente en que los progresistas son los buenos y los conservadores son los fachas. Respetando -como respeto- todas las tendencias, incluso las que caen por su propio peso, les diré que el otro día me encontré en este autodenominado blog una entrada titulada -con bastante mal gusto- "Piercing de cuerno de toro", ilustrada con la foto que adjunto arriba y a la derecha de este texto, y en la que se venía a decir, resumidamente, que el torero corneado que se joda, que para eso es un asesino de toros. 
Como la palabra es libre, hoy voy a expresar yo en unas breves líneas lo que a mí me toca los cojones. Para empezar, he de confesar que jamás he ido a los toros, ni pienso ir. La cultura taurina me la suda, sólo me acuerdo de haber ido de pequeño (de muy pequeño), llevado de la mano, a un espectáculo del Bombero torero, y salí indignado a mis escasos 7 años. Que ellos comen de eso y son los primeros en defender su profesión, pero a mí no me gustó, para qué andar con rodeos. Ya digo, a mis 7 años me pareció que aquello no contribuía a elevar precisamente la dignidad humana.
Por eso, no seré yo el que defienda, ni tampoco el que se líe a pontificar contra un espectáculo tipical spanish que tiene un recorrido de siglos, ni a decir paridas del estilo de que hay que defender la dignidad de los animales. Desde mi más absoluta incultura taurina, me parece que los toros no son más que un acto en el que se escenifica una lucha a muerte entre el toro y el hombre (o la mujer, Sra. Aido, no se enfade usted). Cada uno juega con sus armas: el hombre con su inteligencia y su técnica, y el toro con su fuerza y sus cuernos. Que si ustedes los han visto al natural y de cerca, la verdad es que acojonan. Esa lucha tiene una serie de reglas (que sólo respeta el humano, porque la bestia no entiende de reglas) y si la suerte se ejecuta en condiciones hasta puede que tenga algo artístico y quizás profundo, igual que puede ser artística una jugada grandiosa de los Lakers.
En fin, que para mí, como dijo aquél, donde esté una buena corrida, que se quiten el fútbol... y los toros.
Pero a lo que iba. Lo que a mi me toca los cojones de verdad es esta progresía antitaurina que se ríe, y casi hasta se alegra, de que un cuerno de casi 40 cm. le raje la garganta a un torero y le salga por la boca partiéndole todos los dientes y seccionándole la lengua en dos. Me toca los cojones que haya hijos de puta, porque no tienen otro nombre, que quieran hacer valer como argumento antitaurino ese sentimiento de sinrazón y de falta de humanidad ante el cual, cualquiera con dos dedos de frente, palidecería de vergüenza ajena. 
Y me tocan los cojones sus payasadas, desnudándose y pintándose de rojo, sus intentos de boicotear corridas, sus debates parlamentarios que no van a ningún lado y su corrección política que consiste en demonizar al que no comulga con sus ideas de mierda. Sólo digo que si los taurinos montaran el mismo show y les reventaran sus mascaradas y sus numeritos a hostia limpia, a lo mejor no eran tan gallitos. Que no sé qué cojones pinta un antitaurino dando por saco en la puerta de una plaza de toros e insultando a los asistentes al evento, llamándoles asesinos a la cara; que ya es curioso que alguno no se haya ido con tres hostias para casa. Coño, que es como si vas a tocar los cojones a un mitin del PCE con banderas de Fuerza Nueva y cantando el cara al sol... Igual. Lo milagroso es que no te saquen de allí a hostias. 
Pero no, no estoy animando a que queden delante de la Monumental y se forren mutuamente, no. Simplemente digo que no me vale aquél que defiende que sus asesinatos son menos asesinatos porque ha matado a un homicida. Es igualmente un ser despreciable. Y por mucho que uno esté en contra de los toros, será siempre un ser despreciable si se alegra de que casi haya muerto un torero en la arena. 
Estos defensores de los animales, estos pavos que encima van de pacifistas y de progresistas, los que pretenden que se reconozcan los derechos fundamentales de los monos, los que se conmueven más por la muerte de cien focas que por la muerte de cien niños africanos, toda esta basura de gente es la misma que hoy defiende a los pobres integrantes de la caravana "humanitaria" atacada ayer por el ejército israelí en aguas internacionales. Esos pobres pacifistas, financiados por grupos islamistas radicales, cargados de armas blancas, tirachinas con bolas de hierro, cocteles molotov y barras de hierro que no sólo no han provocado a las patrulleras israelíes, sino que se han acercado a ellas para felicitarles por su papel en Eurovisión. Esos que se abalanzan sobre los soldados para quitarles las armas y advertirles de que con esos subfusiles de asalto que llevan pueden hacerse daño, que tengan cuidado. 
Sin que sea justificable el comportamiento de Israel, cuyo ejército ha actuado como una banda de piratas, lo que tampoco me vale es que me digan que como los de Israel son muy malos-muy malos, los palestinos son muy buenos-muy buenos. Porque esos pro-palestinos son los mismos que defienden a un gobierno terrorista reconocido como el de Hamas, que defiende -literalmente- la destrucción del Estado de Israel y que por las tardes -cuando en la mezquita no hay clase de "asesinemos al infiel" o de "lapidemos a esa adúltera"- juegan al Quimicefa con Irán para ver si consiguen rellenar los misiles con confetis radioactivos.
Pues eso. Como dijo Goya, el sueño de la razón produce monstruos. Y como digo yo, el sueño de la corrección política llevada al extremo, produce sectarismo. Y a menudo produce también gilipolleces.
Uf. Hay que ver cómo es esto de vomitar sin un plan previo. Empiezas hablando de los fanáticos antitaurinos y acabas con los fanáticos religiosos. Pero sin querer hacer paralelismos, ¿eh? Y desde el más profundo de los respetos. Eso siempre.