Hoy toca hablar del "proceso" de paz. Del "alto el fuego permanente" salpicado de cajeros quemados, autobuses achicharrados, sedes de medios de comunicación apedreadas, de fuegos artificiales a base de cócteles molotov, de manifestaciones día si-día no de los familiares de los asesinos, de ruedas de prensa ininteligibles de Barrena y compañía hablando de los "parámetros del proceso" (¿pero no quedamos en que no podían ofrecer ruedas de prensa porque estaban ilegalizados?), de las cartas de extorsión a empresarios, de la comparecencia pública en un monte (mi abuelo decía que la cabra siempre tira al monte; los cabrones, por lo que veo, también) de tres terroristas encapuchados armados con subfusiles de asalto y disparando ráfagas al aire mientras corean lemas a favor de la "lucha armada"...
No sé, debo tener poca visión política, porque yo no veo "el proceso de paz" por ningún lado; lo que yo veo es una banda terrorista con todo su aparato propagandístico más envalentonado que nunca (las últimas vistas en la Audiencia Nacional son un ejemplo), enrocada en las mismas posiciones que hace 30 años (autodeterminazioa, Navarra y presos), sin ceder un ápice y permitiéndose el lujo de amenazar y coaccionar al Estado, y por otro lado, un gobierno que se empeña en ver margaritas en un campo de minas.
Creo que hoy, 28 de septiembre de 2006, no es el día idóneo para hablar del "proceso".
El día perfecto es el 28 de diciembre.
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