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domingo, enero 09, 2011

SMOKE ON THE WATER

Cuando J.R.R. Tolkien decidió evadirse de la sinrazón de este mundo, y crear el suyo propio, imaginó algo más que un conjunto de seres con sus defectos y sus virtudes (hombres, enanos, elfos, hobbits...) y un nudo gordiano de guerras y aventuras difícil de desentrañar. Imaginó un universo sobre el que pendía la amenaza universal del totalitarismo. 

El Maestro no podía ocultar su desprecio por las criaturas de la oscuridad -orcos, trolls, trasgos, Uruk-hai, magos y nigromantes vendidos a la Torre Oscura y al reino del terror y la sombra de Mordor- y precisamente porque conocía bien a esos muñidores de guerra, muerte y destrucción, trazó sus perfiles con una maestría inigualable. De igual modo, describió fielmente a las demás razas: los hombres -descendientes de Númenor- valientes, orgullosos y guerreros, cegados por la codicia y regidos por la espada; los enanos, trabajadores, cabezotas, fuertes y ambiciosos, regidos por el hacha; los elfos, seres musicales elevados a la consagración y a la contemplación de la belleza. Espíritu puro adaptado a su hábitat mediante ciudades-árbol y finos arcos y flechas dirigidas con una puntería milimétrica. Y los hobbits.

Tolkien tenía en los hobbits a sus preferidos. No por el retrato que de ellos se hace en la excelente trilogía cinematográfica de Peter Jackson, sino por las extensas y amables páginas que el catedrático de lengua y literatura de la Universidad de Oxford les dedica en su obra, El Señor de Los Anillos. 

Los hobbits eran unos pequeños y longevos seres caracterizados por su familiariedad; eran solidarios, trabajadores, amantes de la libertad, del trabajo en el campo, de la comida y la bebida y dados a la risa, a la fiesta y a la chanza. Incapaces de hacer daño a cualquier otra criatura, pero capaces de empuñar una espada para defender su libertad y sus valores. La ambición en ellos brillaba por su ausencia. Un agujero hobbit y un trozo de tierra que cultivar, era lo único que necesitaban. Ah, y tabaco de pipa de la Cuaderna del Sur, por supuesto. 

Los hobbits, y la tolerancia y la buena vida eran todo uno. No había hobbits que se quejaran de los fumadores de pipa, ni surgió la necesidad de prohibir el consumo de tabaco en la Taberna del Poney Pisador. Las pequeñas criaturas de Tolkien se autorregulaban, de modo que no era necesaria ninguna Salgado ni ninguna Pajín que, erigiéndose en defensoras de la salud de los demás, prohibieran nada. Paradojas de la vida, los seres más respetuosos con los demás y con el medio ambiente, bebían cerveza y fumaban en pipa. Si hubieran nacido en esta Edad, y no en la Edad Antigua, probablemente fumarían Marlboro y serían moteros como mi amigo Salva. Pero la diferencia esencial de aquellos hobbits con los de ahora, era que aquellos amaban la libertad, su bien más preciado, por cuya defensa fueron capaces de emprender un largo y arriesgado viaje y de luchar hasta la extenuación contra criaturas infinitamente más poderosas que ellos. Los hobbits de hoy en día también están que fuman en pipa, pero de otro modo: se quejan, se quejan y se quejan, mientras el Poder de la Torre Oscura pisotea sus derechos y su libertad repetidamente y encima les dice que lo hace por su bien. Estos hobbits se quejan mucho, porque están más puteados que los de la Tierra Media, pero no hacen nada.

Con lo sencillo que era determinar -a traves de las Asociaciones de Hosteleros- la existencia de locales con y sin humo (incluso, llegado el caso, con compensaciones económicas por pérdida de clientes para estos últimos por parte de los primeros), y que cada cual eligiera donde ir, no me cabe duda de que la surrealista Ley Antitabaco que acaba de entrar en vigor, es perjudicial para la libertad, y también para la salud

Y no me cabe duda de que si Tolkien viviera, estaría decepcionado con estos nuevos hobbits que tanto se quejan y que tan poco están dispuestos a hacer.



9 comentarios:

DracK dijo...

gracias por nombrabrme en tu relato, eres muy bueno escribiendo, pero te falta un detalle en la ley antitabaco ahora no se puede fumar en los pubs y salen todos a la calle a ahumar a los vecinos que viven encima y dejar la calle llena de colillas, eso no es perjudicial para la salud , que esten 50 tios fumando debajo de tu ventana, un saludo

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Es cierto. Verás qué divertido cuando la gente no pueda dormir por el follón que va a haber en la calle, cuando salgas del portal y veas la acera llena de colillas, etc...
Aunque bueno, siempre podemos resolverlo llegando al enfrentamiento civil, je...

Gilraen dijo...

Mientras hablemos de fumar/no fumar, estamos entretenidos y no hablamos de otras cosas infinitamente más importantes.
La hipocresía es la reina en este tema: yo te vendo tabaco en un bar, en las gasolineras como hace años, pero a fumar a la calle; yo te digo que es malo fumar pero te proporciono todo el tabaco que quieras eso sí fumándotelo donde yo te diga... hasta que te diga que ni en tu casa...
Nos toman por idiotas (ni siquiera por niños) que necesitan ser dirigidos por las cabezas pensantes y esto sí que me da escalofríos.
Estos que ahora prohíben todo, vale, casi todo, ¿no son los que abogaban por las libertades????
Que fomenten el respeto y la educación, así no necesitaríamos ninguna ley como esta que acabamos de estrenar para recibir a 2011...

En fin, que feliz años nuevo y que Dios nos coja confesados....

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Sí, es la moda imperante. En EE.UU. llevan así años, allí ya te llaman la atención por fumar cerca de alguien estando AL AIRE LIBRE.
Sin embargo, las contaminaciones ambientales (ciudades enteras que respiran el aire venenoso de polígonos y cinturones industriales vecinos) y sobre todo las contaminaciones alimentarias, esas no preocupan a nadie. De vez en cuando se oye hablar de carne con clembuterol, de pollos con dioxinas, de vacas locas, pero casualmente siempre es en Alemania, en Inglaterra o en Holanda, nunca en España...
¿Sabéis que el tabaco no es el máximo causante de cáncer, sino que lo es la alimentación? ¿Sabéis realmente lo que comemos? Me temo que si lo supiéramos nos acojonaríamos de verdad... Pero ese aspecto de la salud, a nuestro Estado no parece que le preocupe...

Insurgentemente dijo...

Siguiendo el hilo de los comentarios, la AGRICULTURA INTENSIVA!
Echa un vistazo a ésto. Son dos horas, pero merece la pena.
http://www.eoi.es/mediateca/video.php?videoid=308&PHPSESSID=c2e0de1e337e6337ace9f8f6e86bd117

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Terrorífico...

Adriana Fritzenwalden dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Adriana Fritzenwalden dijo...

Dios, si que os ha calado!!! Un artículo precioso, me recuerda a mi pubertad cuando me entró la Tolkien-manía y me leí hasta las aventuras de Tom Bombadil...
Respecto a la polémica del humo... tienes razón en el punto de que se podría haber llegado a algún tipo de acuerdo menos radical.
¡Pero no es el fin del mundo! En otros países de Europa hace siglos que tienen esta medida (y ojo, no hace tan buen tiempo como en España) y sobreviven!! Ánimo!!

Respecto a "Y no me cabe duda de que si Tolkien viviera, estaría decepcionado con estos nuevos hobbits que tanto se quejan y que tan poco están dispuestos a hacer." (y extrapolándolo de su contexto, o más bien haciendo una interpretación extensiva) me parece una cita muy bonita y muy adecuada a nuestros tiempos... quejarse es fácil, actuar menos...

Un saludo!

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Para mi, claro que no es el fin del mundo... yo no fumo.
Para la libertad, me temo que es el principio del fin. La próxima vez se meten en nuestra casa.