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miércoles, diciembre 29, 2010

SUDÁN

Sudán es uno de esos países que a los europeos nos importan un carajo. Sí, se de sobra que les preocupa más la subida de la luz de pasado mañana, pero si les digo que fue el árido suelo sudanés el que nos dejó la brutal imagen de la izquierda, seguro que me leerán con más atención. La mayoría ni sabría situarlo en el mapa. Su extensión territorial viene a ser como cinco veces la de España, y tiene una población que ronda los 42.000.000 de habitantes (inferior a la de España, que roza los 46.000.000). Es decir, que para su extensión, es un país prácticamente desértico. Hace poco salió de una guerra civil que duró veintitrés años y que dejó cientos de miles de muertos. 

Sudán es un país desangrado, golpeado por guerrillas comunistas, teletransportado al medievo por los islamistas que han implantado la sharia como ley nacional.

Sudán es un país dividido: el norte es musulmán, de raíz árabe, y el sur es cristiano, de raíz africana. Actualmente el gobierno del país es islamista. Por beber alcohol, te aplican 40 latigazos y una multa (al cambio) de 20 dólares. Sudán es un país en el que pueden pegarte un tiro en la cabeza y dejarte en una cuneta, y nadie se lleva las manos a la cabeza. O lo más probable, pueden matarte de un machetazo, porque allí tu vida vale menos que una bala de kalashnikov. Queridos lectores, nada diré de la situación de las mujeres en Sudán, no quiero amargarles los turrones...

El próximo referéndum que se va a celebrar en Sudán pretende decidir sobre la independencia del sur. Si gana el "si", Sudán se escindirá en dos países diferentes, uno islámico, ávido de regresar al siglo XII, y otro poblado por cristianos, pro-occidental. Resultado: millones de personas están emigrando a toda prisa hacia el sur. Cargados con sus escasas pertenencias, con maletas de cartón, con colchones, en burro, en carro o andando, se dirigen hacia lo que puede ser un futuro mejor bajo la mirada vigilante del Ejército y del aparato represor del Estado islámico.

A pesar de las declaraciones oficiales del gobierno sudanés y de sus aliados, las pocas organizaciones no gubernamentales que trabajan en el país (mayoritariamente de corte cristiano, formadas por religiosos que a diario se juegan la vida mientras los purpurados de la jerarquía católica se hartan a decir chorradas) están más que preocupadas, porque las surrealistas declaraciones del presidente Al Bachir -un asesino de masas transformado ahora en pacificador-, hechas de cara a la galería, esconden una brutal radicalización del régimen, y lo que ahora es un éxodo puede convertirse en una limpieza étnico-religiosa, en un lejano genocidio, de esos que son noticia de telediario durante tres días y luego caen en el olvido.

Ojalá todo salga bien y sea un proceso pacífico. Pero no olvide que mientras celebra el año nuevo sentado en su cómodo y europeo sillón, millones de personas agotadas se juegan la vida por cruzar la línea que separa el terror de la libertad.

2 comentarios:

Insurgentemente dijo...

J Luis, gracias por esta guantada sin manos y por acercarme esta realidad, este "lejano genocidio, de esos que son noticia de telediario durante tres días y luego caen en el olvido" como muy bien has dicho tú.
Con tu permiso, te llevo a mi muro.
Abrazos

Pd. Por cierto, mucho mejor.

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Se agradecen tus palabras. A veces viene bien bajar y ver a las hormigas a ras de suelo.