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martes, junio 01, 2010

LO QUE A MI ME TOCA LOS COJONES

Hay un blog pululando por estos lares que se titula a si mismo "Lo que me toca los cojones". Es un blog muy respetuoso, lo único que puedo achacar a su autor es que su fondo de armario es un poco escaso, y que se pasa un pelín cuando se trata de atacar a aquéllos que no comparten su ideología, llamándoles asesinos, fascistas, y lindezas parecidas, todas ellas muy democráticas. Pero por lo demás, es muy respetuoso y defiende esa idea tan plural e intelectualmente elaborada, consistente en que los progresistas son los buenos y los conservadores son los fachas. Respetando -como respeto- todas las tendencias, incluso las que caen por su propio peso, les diré que el otro día me encontré en este autodenominado blog una entrada titulada -con bastante mal gusto- "Piercing de cuerno de toro", ilustrada con la foto que adjunto arriba y a la derecha de este texto, y en la que se venía a decir, resumidamente, que el torero corneado que se joda, que para eso es un asesino de toros. 
Como la palabra es libre, hoy voy a expresar yo en unas breves líneas lo que a mí me toca los cojones. Para empezar, he de confesar que jamás he ido a los toros, ni pienso ir. La cultura taurina me la suda, sólo me acuerdo de haber ido de pequeño (de muy pequeño), llevado de la mano, a un espectáculo del Bombero torero, y salí indignado a mis escasos 7 años. Que ellos comen de eso y son los primeros en defender su profesión, pero a mí no me gustó, para qué andar con rodeos. Ya digo, a mis 7 años me pareció que aquello no contribuía a elevar precisamente la dignidad humana.
Por eso, no seré yo el que defienda, ni tampoco el que se líe a pontificar contra un espectáculo tipical spanish que tiene un recorrido de siglos, ni a decir paridas del estilo de que hay que defender la dignidad de los animales. Desde mi más absoluta incultura taurina, me parece que los toros no son más que un acto en el que se escenifica una lucha a muerte entre el toro y el hombre (o la mujer, Sra. Aido, no se enfade usted). Cada uno juega con sus armas: el hombre con su inteligencia y su técnica, y el toro con su fuerza y sus cuernos. Que si ustedes los han visto al natural y de cerca, la verdad es que acojonan. Esa lucha tiene una serie de reglas (que sólo respeta el humano, porque la bestia no entiende de reglas) y si la suerte se ejecuta en condiciones hasta puede que tenga algo artístico y quizás profundo, igual que puede ser artística una jugada grandiosa de los Lakers.
En fin, que para mí, como dijo aquél, donde esté una buena corrida, que se quiten el fútbol... y los toros.
Pero a lo que iba. Lo que a mi me toca los cojones de verdad es esta progresía antitaurina que se ríe, y casi hasta se alegra, de que un cuerno de casi 40 cm. le raje la garganta a un torero y le salga por la boca partiéndole todos los dientes y seccionándole la lengua en dos. Me toca los cojones que haya hijos de puta, porque no tienen otro nombre, que quieran hacer valer como argumento antitaurino ese sentimiento de sinrazón y de falta de humanidad ante el cual, cualquiera con dos dedos de frente, palidecería de vergüenza ajena. 
Y me tocan los cojones sus payasadas, desnudándose y pintándose de rojo, sus intentos de boicotear corridas, sus debates parlamentarios que no van a ningún lado y su corrección política que consiste en demonizar al que no comulga con sus ideas de mierda. Sólo digo que si los taurinos montaran el mismo show y les reventaran sus mascaradas y sus numeritos a hostia limpia, a lo mejor no eran tan gallitos. Que no sé qué cojones pinta un antitaurino dando por saco en la puerta de una plaza de toros e insultando a los asistentes al evento, llamándoles asesinos a la cara; que ya es curioso que alguno no se haya ido con tres hostias para casa. Coño, que es como si vas a tocar los cojones a un mitin del PCE con banderas de Fuerza Nueva y cantando el cara al sol... Igual. Lo milagroso es que no te saquen de allí a hostias. 
Pero no, no estoy animando a que queden delante de la Monumental y se forren mutuamente, no. Simplemente digo que no me vale aquél que defiende que sus asesinatos son menos asesinatos porque ha matado a un homicida. Es igualmente un ser despreciable. Y por mucho que uno esté en contra de los toros, será siempre un ser despreciable si se alegra de que casi haya muerto un torero en la arena. 
Estos defensores de los animales, estos pavos que encima van de pacifistas y de progresistas, los que pretenden que se reconozcan los derechos fundamentales de los monos, los que se conmueven más por la muerte de cien focas que por la muerte de cien niños africanos, toda esta basura de gente es la misma que hoy defiende a los pobres integrantes de la caravana "humanitaria" atacada ayer por el ejército israelí en aguas internacionales. Esos pobres pacifistas, financiados por grupos islamistas radicales, cargados de armas blancas, tirachinas con bolas de hierro, cocteles molotov y barras de hierro que no sólo no han provocado a las patrulleras israelíes, sino que se han acercado a ellas para felicitarles por su papel en Eurovisión. Esos que se abalanzan sobre los soldados para quitarles las armas y advertirles de que con esos subfusiles de asalto que llevan pueden hacerse daño, que tengan cuidado. 
Sin que sea justificable el comportamiento de Israel, cuyo ejército ha actuado como una banda de piratas, lo que tampoco me vale es que me digan que como los de Israel son muy malos-muy malos, los palestinos son muy buenos-muy buenos. Porque esos pro-palestinos son los mismos que defienden a un gobierno terrorista reconocido como el de Hamas, que defiende -literalmente- la destrucción del Estado de Israel y que por las tardes -cuando en la mezquita no hay clase de "asesinemos al infiel" o de "lapidemos a esa adúltera"- juegan al Quimicefa con Irán para ver si consiguen rellenar los misiles con confetis radioactivos.
Pues eso. Como dijo Goya, el sueño de la razón produce monstruos. Y como digo yo, el sueño de la corrección política llevada al extremo, produce sectarismo. Y a menudo produce también gilipolleces.
Uf. Hay que ver cómo es esto de vomitar sin un plan previo. Empiezas hablando de los fanáticos antitaurinos y acabas con los fanáticos religiosos. Pero sin querer hacer paralelismos, ¿eh? Y desde el más profundo de los respetos. Eso siempre.

10 comentarios:

Veckia dijo...

A mí en particular me han parecido unas imágenes fortísimas, en lo que he visto, porque no he podido verlas del todo, qué espanto!!

Estoy contigo en lo de que tampoco me gustan los toros, ni voy a las corridas, y que igual de malo es que coja el toro a un torero, como que un piloto de coches o motos se mate.

No nos debemos alegrar de eso, nunca, jamás, yo al menos no podría, pero también se podían buscar otra profesión menos peligrosa jolín, que es que se exponen a eso.

En lo de la política no entro (bastante hay aquí), ya que nunca se puede disculpar el matar por matar, eso es de animales, quizá nos estemos convirtiendo en animales, puede ser...

Bueno, me voy a acostar ya, que es tarde. Saludos.

Veckia dijo...

Rectifico: los animales no matan por matar, matan por comer y sobrevivir, son los humanos los que lo hacen mal, muy muy mal...

Buenos y calurosos dias.

Gilraen dijo...

Si pensaran como tú todos los antitaurinos, no existiría ese problema; uno menos, que ante tantos como hay, sería un algo ya.

En el fondo, se trata de la incapacidad humana para relativizar: no deberíamos olvidar nunca eso de "ni todo es tan bueno, ni todo es tan malo" y, en consecuencia, aplicarlo.

Vale, sí, utopía pura y dura... Lástima.

Adriana Fritzenwalden dijo...

la verdad es que, casualmente esta semana pasé por ese blog por primera vez, y vi precisamente ese artículo. me sorprendió muchísimo la frialdad con la que se refería a ese espectáculo espeluznante, y como tenía los pocos escrúpulos de poner las crueles fotos (que he tenido que, por segunda vez, apartar la cara)
Me parece que la gente se dedica a insultar lo que entra en desacuerdo con sus ideas, sea tolerable, respetable o razonable.
A mí los toros me dan igual, me resultan un espectáculo que mi madre admira, y a mí me aburre de sobremanera... Sin más; pero como decía Veckia, es igual de malo que un piloto se mate, desde luego. Nadie puede justificar la muerte o carnicerías de ese tipo con el karma o algo por el estilo. Lo más gracioso es que son las mismas personas que luego defienden que asesinos estén sueltos por la calle, ya que es SU LIBERTAD; todo es muy relativo, somos partidarios de lo que se ahusta a nuestro parecer, aunque ello implique defender brutalidades...
He de decir, que esta semana he mantenido un debate con mi padre sobre el asunto de Israel y la flotilla. Suelo ser bastante escéptica, de hecho rara vez veo las noticias, pero desde que leo tu blog (por el cual debo felicitarte) estoy siguiendo un poco la actualidad.
En un primer momento, por mi (y eso que he estudiado durante un año entero el conflicto de oriente próximo) inmadurez política, desinformación y juventud también cai en el error de "qué malo es israel", pero tras un poco de reflexión, te das cuenta que lo que realmente te indigna es que el país políticamente más maduro, sea el que actúa mal. No en su completa acción, ya que el terrorismo no se debe defender, pero en cuanto a modos, como bien has señalado.

Un saludo

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Os agradezco los comentarios y os pido disculpas por reproducir de nuevo la foto de marras.
Adriana, el escepticismo nos destruye como seres dotados de sentido crítico. Al poder le interesa una sociedad escéptica y moldeable.
Sobre Israel, bueno, se han pegado un tiro en el pie, porque a quienes más va a perjudicar la chapuza del barco es a ellos. Pero también hay que ponerse en la piel de un país que lleva ya décadas con la espada de damocles del terrorismo islamista pendiendo sobre su cabeza...

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Gilraen, pero es que... yo no soy antitaurino... Simplemente me parece que hay cosas más importantes que tocar los cojones por deporte... A mi no me gustan los toros, pero no por eso soy anti. Lo que les pasa a los antitaurinos es que creen que aquél al que no le gusta el fútbol tiene que ser anti-fútbol y manifestarse en la puerta de los estadios. Yo creo que no follan lo suficiente...

Gilraen dijo...

Siento el malentendido. Ya sé que tú no eres antitaurino, que no he dicho yo tal cosa.
Simplemente que me gustaría que los que ejercen de eso, se leyeran lo que tú has escrito, ¿m'explico?

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Huy. Releyendo me he dado cuenta de que lo leí mal. Otros dirían "no he cambiado yo, han sido las circunstancias" y se habrían quedao tan anchos...

L dijo...

bueno, tampoco tiene nada q ver el bombero toro con una corrida de toros, no?

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

L, no tiene nada que ver, pero me da la sensación de que todo parte de un mismo concepto de fiesta. Creo que el objetivo inconfesado de gran parte del público de los espectáculos taurinos, en el fondo es la adrenalina de ver quién vierte la sangre, si el toro o el torero. En el caso del bombero torero eso se sustituye por el hecho de ver quién vacila a quién: si el enano de turno vestido de Beatle a la vaquilla o al revés. Y ojo, no lo critico. Al que le guste que vaya. Yo prefiero hacer otras cosas. Pero lo que jamás haré es defender a los que quieren prohibirle a los demás lo que a ellos no les gusta.