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jueves, junio 17, 2010

LOS PALOS ROJOS DEL SOMBRAJO

Por si la economía y la política no nos dieran ya suficientes disgustos, va la selección y la caga en el primer partido del Mundial. En verdad, hermanos, está siendo una década prodigiosamente aciaga. Nos debe haber mirado un tuerto, porque esto no tiene demasiada explicación. 
Teníamos una economía de Champions League, y ahora estamos al borde del rescate por parte de la Unión Europea. Pero no nos hagamos ilusiones: "rescate" no es sinónimo de "inyección monetaria gratuita para salir del paso y tapar unos agujeros". No. "Rescate" es sinónimo de préstamos que habrá que devolver con los correspondientes intereses. Igual que sucedió con Grecia. Recordemos que cuando Zapatero anunció que España contribuiría al rescate de Grecia con nosecuántos cientos de millones de euros, aclaró que no debíamos preocuparnos, que era dinero prestado al nosecuántos por cien de interés, y que íbamos a hacer un negocio redondo. Pues ese mismo negocio es el que va a hacer el resto de Europa con nosotros a poco que nos descuidemos.
Teníamos una democracia consolidada, fruto de una transición ejemplar, y ahora tenemos una democracia con los pilares fundamentales (Judicatura, Fiscalía, Tribunal Constitucional...) totalmente politizados y desprestigiados. 
Teníamos una sociedad moderna, plural y vitalista, con esa despreocupación, ese saber disfrutar de la vida y ese gracejo tipical spanish que nos diferencia del resto de nuestros vecinos muermo-europeos. Y ahora tenemos una sociedad cabreada, congelada, recortada y sobrepasada por la realidad, una sociedad que habla de Franco, del fascismo, de la memoria histórica y que discute -a favor o en contra- sobre las últimas exhumaciones de cadáveres de víctimas de la Guerra Civil.
Teníamos un Estado laico, en el que ya se llegaban a plantear cuestiones antes impensables, como la financiación de la Iglesia Católica, la enseñanza de la religión, o simplemente la presencia religiosa en la sociedad civil. Y ahora tenemos un Estado que subvenciona con fondos públicos a asociaciones islámicas, que construye mezquitas y que se plantea "regular" (Ministro de Justicia dixit) el uso del burka, una prenda denigrante que no es más que una cárcel negra y polvorienta bajo la que los tolerantes islamistas sepultan cualquier hilillo de dignidad femenina, condenando a las mujeres al más violento anonimato.
Y teníamos el mejor equipo de fútbol de la historia, nacido de la Liga de las estrellas BBVA. Campeones de Europa, una racha memorable, nosecuántos partidos sin perder, victorias ante Alemania, Francia, Italia... Por fin ganábamos a los grandes y no nos conformábamos con ganar a Ghana (valga la rebuznancia). ¿Y qué tenemos? Tenemos una selección llamada "la roja" (adjetivo que de por sí es bastante sospechoso...), no España ni la selección española (no vayamos a ofender determinadas sensibilidades autonómicas), sino "la roja", que en su debut estelar del Mundial, va y la caga con un equipo más que mediocre como Suiza, que para más inri, nunca había ganado a España en competición oficial. Y lo peor es que hemos perdido el partido (obsérvese cómo me involucro/identifico con la roja) jugando bien, que duele todavía más. Lo dicho: que se me caen los palos rojos del sombrajo.
Hemos pasado del "Jugamos como nunca y perdimos como siempre" al "Jugamos como siempre y perdimos como siempre". Y ya es raro que pasen estas cosas, teniendo en cuenta que los jugadores están primados por la Federación (de nuevo dinero público) con nada menos que 600.000 euros por cabeza si consiguen ganar el Mundial. O sea: 100 millones de pesetas de las de antes del euro. Para cada uno. Nada menos. Con la que está cayendo. Y van los pavos y hacen un partido como el que hacen. Pero es entendible: tengamos en cuenta que son chicos jóvenes, la mayoría de ellos podridos de dinero desde los 16 años. ¿Qué es para ellos esa suma de dinero, que muchos ganan en unos meses? Nada. 
Por eso yo propongo un nuevo sistema de primas. Todavía estamos a tiempo de enmendar el rumbo futbolístico (el rumbo político y económico están definitivamente jodidos). Propongo animar a nuestros chicos, que deben estar muy tristes, confiar en ellos como llevamos confiando desde la Eurocopa, y modificar el sistema de primas: en vez de pagarle a cada uno 600.000 euros si ganan, hagámoslo al revés. Que cada uno tenga que pagar 600.000 euros si vuelven a perder. O mejor: si son eliminados del Mundial, que se les corte la cabeza en una plaza pública. Así sí que ganaríamos el Mundial. Fijo.
Ahora que... si a ellos les cortamos la cabeza por perder un partido... ¿qué haremos con un Presidente del Gobierno que en el Congreso de los Diputados reconoce expresamente que ni su Gobierno ni él han contribuido en nada a aumentar el crédito exterior de España? ¿Le cortamos los huevos y se los hacemos comer?

3 comentarios:

Veckia dijo...

Me gustan mucho tus posts, pero normalmente me gusta comentar en blogs que los mismos blogueros responden y eso anima el ambiente cantidad. Máxime en uno que comenta poca gente, no sé, le da vidilla y (supongo) anima a más gente a comentar, propiamente por la implicación del autor con sus lectores/comentaristas.

No te lo tomes a mal, no lo pretendo, sólo es una reflexión, nada más (sin acritud).

He visto que comentas a veces, pero muy, muy a veces.

Un saludo.

LAS RUINAS DE ISENGARD dijo...

Me alegra que te gusten mis posts, la verdad es que no comento demasiado la jugada por falta de tiempo, pero recojo la sugerencia y trataré de hacerlo más a menudo. Espero que sigas por aquí, y que traigas a más gente. Saludos.

Veckia dijo...

Gracias, el gesto te ennoblece.

Seguiré visitándote porque me gusta tu forma de contar "la película".

Espero y deseo que te visite y comente más gente, yo seguiré haciéndolo e intentaré, dentor de mis posibilidades, traer a más gente.

Un saludo.