CONECTADOS AHORA

Buscar este blog

martes, abril 13, 2010

EL JUEZ JUZGADO

Hace pocos días apunté algo en torno al juez Garzón. Pero hoy voy a entrar a saco, porque lo que ha pasado en la Universidad Complutense es que me subleva. Y lo que ha pasado es que el rector de dicha Universidad, Carlos Berzosa, ha cedido las instalaciones de su Facultad de Medicina para albergar el acto más denigratorio de toda la democracia contra la Justicia de este país llamado España. Carlos Berzosa. El mismo que acogió con absoluta indiferencia la agresión "universitaria" a Rosa Díez, y que sin embargo balbuceaba tembloroso y quejoso el día en que los universitarios cabreados quisieron darle de hostias a él. Ese Carlos Berzosa.
Un acto organizado por los sindicatos CC.OO. y UGT, que dicho sea de paso, deberían dedicarse a trabajar para que este país deje de destruir empleo y dejarse en paz de jugar a presionar a los jueces para imponer su visión unilateral y sectaria de la política. Un acto de presión al Tribunal Supremo en el que han participado sindicalistas (el "Vicepresidente cuarto", Cándido Méndez, entre ellos, haciendo gala de su ausente formación jurídica, como ya nos tiene acostumbrados, o el Sr. Toxo), políticos de sobrada reputación como Cayo Lara, ex-políticos con alzheimer como Pascual Maragall, ex-fiscales famosos por su nula objetividad y por su sectarismo como Carlos Jiménez Villarejo, actores, artistas, "intelectuales" (así se autodenominan, con dos cojones)... Hasta las abuelas de la plaza de Mayo han venido a dar la nota y a apoyar al superjuez. Sólo ha faltado Aute cantando "Al alba" y Serrat recitando a Miguel Hernández.
Dicen todos ellos que es indecente que se le juzgue "por investigar los crímenes del franquismo". Y mienten. Pero no sólo mienten, lo peor es que saben que mienten. Todos ellos mienten con la aquiescencia de este gobierno de España que dice respetar mucho a la justicia. 
Porque a Garzón no se le ha procesado por investigar los crímenes del franquismo. Se le ha procesado por cometer tres presuntas ilegalidades. Y cuando un juez delinque, se le juzga, como a cualquier ciudadano. Que se lo cuenten a Estevill. 
A Garzón se le ha procesado por tres cuestiones: por instruir un sumario a sabiendas de que era incompetente; por autorizar escuchas ilegales; y por archivar aparentemente sin fundamento una denuncia contra el financiador de sus conferencias en Nueva York. No hay que olvidar que son tres querellas, en tres asuntos radicalmente distintos. Pero estos progres de la izquierda siguen con su raca raca, diciendo que son los fascistas los que se salen con la suya (¿se referirán a los jueces del Tribunal Supremo...?) y que al Sr. Garzón se le juzga por querer hacer justicia. Qué tendrá que ver el culo con las témporas... Almodóvar ha llegado aún más lejos; ha llegado a decir que sentar en el banquillo al juez Garzón "es una victoria de Franco". Vaya, yo creía que Franco llevaba 35 años muerto, y ahora resulta que va a ser como el Cid, ganando batallas después de muerto. Pero mucho peor ha sido lo de Jiménez Villarejo, pues a Almodóvar al menos se le puede disculpar su estulticia genética; lo de Villarejo ha sonado mucho más grave por venir de quien viene. El ex-fiscal anticorrupción, en un delirio absoluto, ha afirmado que los jueces del Tribunal Supremo "son los cómplices de las torturas ejecutadas por el sistema franquista" y los ha calificado como herederos del abolido Tribunal de Orden Público franquista. Con dos cojones (de nuevo). Desconozco en qué tómbola le dieron a este ex-fiscal su título de Derecho, pues el Tribunal de Orden Público fue sucedido por la Audiencia Nacional, no por el Tribunal Supremo. Deberemos concluir -aplicando la misma lógica que aplica este penoso jubilado- que como él ya era fiscal en tiempos de Franco, él es otro cómplice más de las torturas y de los asesinatos. 
Lo cierto es que estos guerracivilistas del "no pasarán" y de la bandera tricolor, estos acólitos de la memoria histérica tienen una obsesión con el tema que deberían hacérselo mirar.
Pero volvamos a lo de Garzón. Lo jodido del Estado de Derecho es que afecta a todos, jueces incluidos. Es algo que a estos representantes de "la izquierda intelectual" (Dios nos ampare, si es que existe) no les cabe en su escasa oquedad craneal, pues defienden sin rubor que como Garzón es muy valiente, debe estar por encima de la Ley. Es una pena, pero es lo que tiene España -y en esto coincido en parte con ellos-, que todavía hay mucho fascista: mucho fascista de derechas, y mucho fascista de izquierdas.
Cualquiera que tenga un mínimo de pudor habría sentido vergüenza ajena si él mismo hubiera sido el "apoyado" en el acto de hoy. Dudo que el juez Garzón tenga ese pudor, al menos su trayectoria pública así lo demuestra. Pero para los que sí lo tenemos, un sólo minuto de ese acto vergonzoso de paletismo político habría sido interminable. Flaco favor le están haciendo.
Garzón ya tenía fama en círculos profesionales de ser un magistrado poco eficaz en la instrucción sumarial; bastantes sumarios por él tramitados, han acabado en nada por defectos de tramitación. Siempre ha tenido fama de juez estrella: de preocuparse más por levantar expectación, por pronunciar conferencias multitudinarias, por asegurar la presencia de las cámaras en sus entradas y salidas, por el impacto mediático de sus actuaciones, en fin, más que por el resultado práctico de las mismas. Y es que, ya lo dice el refrán: el que mucho abarca, poco aprieta. Pero esas ambiciones personales no son delito (en todo caso podrán ser una muestra de debilidad o de narcisismo), y consecuentemente, no se le juzga por ello.
Garzón comprometió su independencia hace años al intentar una incursión en la política. Quiso ser ministro de Interior y Justicia. Una incursión fallida, y de eso el Sr. Belloch y el Sr. González algo saben, pues lo engañaron como a un chino para ser cartel electoral y a la hora de la verdad, con las elecciones ganadas y los garbanzos y las dietas trincadas, le dieron la patada. Lo intentó, no le salió bien, y volvió a la carrera judicial como si nada. Pero no se le juzga por eso, porque tener ideas y posicionarse políticamente no es delito. Esas exhibiciones públicas en alguien que, como la mujer del César, no sólo tiene que ser justo, sino que además tiene que parecerlo, quedan en la ética de cada uno. 
Es delito incumplir la Ley, y por eso se le procesa. Y no le procesa un partido político, ni una asociación de fascistas. Le procesa el Tribunal Supremo, es decir, el máximo órgano judicial de este país llamado España. El mismo órgano judicial al que todos estos "intelectuales" han tratado de presionar de la manera más burda y vergonzosa: oponiendo respuestas políticas a argumentos jurídicos. Señal de que no han entendido nada, o de que si lo han entendido, tienen muy mala baba y unas dotes de manipulación que hasta el propio Maquiavelo lo fliparía.
Hasta los progres de Amnistía Internacional han metido mano en este bacalao, diciendo que "consideran insólito que el juez Garzón pueda ser juzgado por investigar las desapariciones de más de 100.000 personas ocurridas durante la Guerra Civil y la dictadura franquista". Y dale. O no entienden nada o no lo quieren entender. 
Dicen los señores de Amnistía Internacional que "La Ley de Amnistía de 1977 ha sido invocada para perseguir al único juez que ha intentado dar respuesta a víctimas de desaparición forzada y sus familias. Si este juicio se produce, será la primera vez en todo el mundo – al menos que tengamos constancia en Amnistía Internacional - que un magistrado, en democracia, es sentado en el banquillo por intentar conseguir verdad, justicia y reparación para las víctimas de crímenes internacionales. Además, enviará un mensaje tremendamente negativo para otros jueces que lo intenten, tanto en España, como en el resto del mundo". Y dale. No sólo faltan a la verdad y presionan a los jueces, sino que encima ningunean al Parlamento, que fue quien aprobó la Ley de Amnistía.  Seguidamente, Amnistía Internacional invita a todos los convencidos a que entren en su página de facebook para dejar sus comentarios en el muro y compartan la noticia, y bla, bla, bla. Vamos, para engrosar la masa lanar carente de opinión propia y de espíritu crítico.
Todos estos "intelectuales", todos estos seres ideologizados hasta la médula no entienden que a Garzón no le ha condenado nadie. No entienden que Garzón puede ser absuelto, como cualquier procesado. No entienden nada de respeto a la Justicia. No entienden que a un juez se le puede (y se le debe) juzgar cuando presuntamente infringe la Ley. No entienden nada. Y lo que es peor: ninguno de ellos elevó su protesta airada cuando otros jueces, como Gómez de Liaño, fueron apartados de la carrera judicial por infringir la Ley. 
Todo ello demuestra, una vez más, que el circo montado en torno a Garzón es, puramente, político. 
Y es que la "memoria histórica" (o histérica, según se mire) es un buen recurso para encabronar a las masas, agitando fantasmas del pasado y distrayendo la atención de la cascada de problemas que nos está cayendo encima y que nos tiene calados hasta los huesos.

2 comentarios:

Dailea dijo...

Y yo que no me entero de nada en mi nube particular. Debería leer más el periódico, pero ¿cuál?

Damalothiriel dijo...

Que nadie se lleve las manos a la cabeza con este asunto, ¿cómo puede ser que un juez sea juzgado? pues es posible porque aqui nadie se libra del diablo. Y ya puestos a juzgar que lo hagan a tantos y tantos politicos corruptos, policías sin escrúpulos y demás seres porque por mucha corbata o uniforme que lleven no significa que estén limpios. Y mejor no damos nombres que bastanta propaganda tienen. Y así va el país...