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viernes, abril 23, 2010

EL DIA DE CASTILLA Y LEON

Hoy es el día de Castilla y León. El 90% de los castellanoleoneses (o castellanos y leoneses, que no lo tengo claro) distinguimos este día fundamentalmente por dos acontecimientos que lo diferencian de los demás días: en primer lugar, no se trabaja. 
Eso ya disculpa todos los demás defectos que pueda tener el susodicho día. En segundo lugar, no se puede poner la radio. ¿Y por qué? se preguntarán. Pues porque pongas la emisora que pongas, te cae encima una cascada de jotas castellanas que parece que nos retrotraemos a los años 20, cuando las mozas iban a la era con la cesta mientras los  mozos esperaban impacientes las viandas, después de una jornada de trabajo en el campo que empezaba a las 5 de la madrugada. Aquello era trabajar, y no lo de ahora. Vaya, ya he vuelto a irme del tema.
Pues eso. Una invasión de castellanoleonesismo encarnada en jotas del tipo "Y a mi no me dejó nada, cuando se murió mi abuela. Y a mi no me dejó nada. Y a mi hermano lo dejó asomado a la ventana. / Asomado a la ventana. Cuando se murió mi abuela. / Estribillo: Por el puente de Aranda se tiró se tiró, se tiró el tío Juanillo pero no se mató. Pero no se mató, pero no se mató. Por el puente de Aranda se tiró se tiró./ Me metieron prisionero, por decir "viva San Roque". Me metieron prisionero. Y ahora que estoy en prisiones: /¡viva San Roque y el perro! /¡Viva San Roque y el perro!. /Me metieron prisionero. Arrímate a mi viña que soy San Roque, que si viene la peste que no te toque. Que no te toque, niña, que no te toque. Arrímate a mi viña que soy San Roque. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botero. Quiero cantar una jota. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botera. Una jota castellana. Una jota comunera. Una jota comunera. Pichi-pirrisqui-chirrisqui-botera. / Estribillo: Por el puente de Aranda... Todas las efes tenía la primer novia que tuve. Todas las efes tenía: Francisca, fresca, fregona, fea, flaca, floja y fría (bis). La primera novia que tuve. / Estribillo: Ay chatún, chatún, Goma Serafín. El campo, el arrollo y échate a vivir (ter.). Ay chatún, chatún Goma Serafín. Lo que echan los labradores allá va la despedida. Lo que echan los labradores. /Surco arriba, surco abajo, y adiós ramito de flores (bis). Allá va la despedida. / Estribillo: Por el puente de Aranda.

Todo ello aderezado con la, llamémosla melodía, de ese estridente instrumento soportable únicamente durante unos pocos minutos, la dulzaina, que de dulce tiene más bien poco. Y que conste que tengo de sobra curtidos los oídos por los sonidos metálicos de las guitarras de James Hetfield y Kirk Hammett. Sin embargo,  no aguanto la puta dulzaina.
Pero lo peor del día de Castilla y León no es el folclore. Lo peor es que se trata de la fiesta oficial de una Comunidad Autónoma a la que un inmenso porcentaje de la población de la misma se la trae al fresco. Mira que intentan que nazca en nosotros el sentimiento castellanoleonés, oye, treinta años intentándolo, y nada. Los castellanoleoneses somos fríos como cadáveres, inmunes al movimiento comunero.
Pero cómo quieren que nos apuntemos a este carro, en el que aparte de las jotas, lo que más sobresale es nuestra clase política autonómica, con su oportuna chaqueta de pana, poniéndose ciegos a comer en la campa de Villalar, pañuelito al cuello, y haciendo discursos de lo más correcto. Que Castilla y León tiene que "tender al pleno empleo". Que si la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Que si la vertebración del territorio. Que si el respeto al medio ambiente. Que si las energías renovables. Que si la implementación de políticas sociales... Y eso lo dicen nuestras autoridades, del gobierno, de la oposición, y del sindicato (más vertical que nunca) sin despeinarse, en un país con cinco millones de parados (lo pondré en números: 5.000.000), en una Comunidad caracterizada por la caída de ingresos, por la despoblación y por la despavorida huida de nuestros jóvenes (y jóvenas) buscando trabajo fuera de las fronteras de nuestro gran Reino de Taifas... Es el mismo discurso, repetido año tras año, con independencia e ignorancia de las circunstancias coyunturales de cada año. Pero como decía nuestro Presidente hace unas horas, quizá algo animado por el orujo, ¡viva Castilla y León, que hoy es un día de fiesta y alegría! Pues muy bien.

Al menos la fiesta de Castilla y León se ha ido desproveyendo, con los años, de ese carácter izquierdoso-republicano fruto de la máxima ignorancia histórica, pues durante años la revuelta comunera se ha hecho patrimonio de la izquierda desde determinados partidos (los de la izquierda), como si algo tuvieran que ver el reinado de Carlos V y sus vicisitudes con el "izquierdismo" que pregonan estos aventajados de la política actual. Pero en el reino de la ignorancia, todo cuela.
Un levantamiento popular, liderado en estas tierras por Bravo, Padilla y Maldonado, y que estuvo motivado en razones tan diversas como la reacción de la aristocracia castellana (humillada por la confianza depositada por el Rey en sus consejeros flamencos, y no en ellos), el desprecio real a las leyes tradicionales del Reino de Castilla (Carlos V ya pensaba como Emperador de algo mucho más grande) o el miedo de la burguesía urbana de Castilla, temerosa de que se volviera a la tradicional política de exportación de la lana "en bruto" a Flandes, lo que perjudicaría enormemente al sector de la artesanía textil castellana. Razones tan diversas como esas, decía, y que nada tienen que ver con lo que nos han vendido los actuales y pasados socialistas y comunistas castellanos y leoneses. Pero la fiesta era cojonuda para desempolvar las banderas republicanas, pegar cuatro gritos contra el centralismo, el franquismo, y todo lo que acabara en ismo, y agarrarse un buen pedo. Incluso haciendo piña con izquierdosos cercanos a organizaciones abertzales que doscientos kilómetros más arriba se dedicaban a reventar cajeros automáticos con txakolís de gasolina. Que hay que tener memoria histórica para todo. Y si había suerte, a darse de hostias con la policía. 
Esta era la fiesta de hace años. Ahora la fiesta consiste en llenar la campa de Villalar mayoritariamente de políticos y de ambiente institucional (también se apuntan representantes del populacho, no crean), hablando de lo bien que nos va y poniéndose bien de todo lo bueno de esta buena tierra, que diría Herrera. Y en entregar unos premios de Castilla y León que quedan como agradecimiento meramente político a determinadas figuras. Por lo menos la celebración de la derechona es más civilizada, hay que reconocerlo.
Alguien debería echarle valor al tema y replantearse esto de las Comunidades Autónomas. Lo que comenzó siendo una idea nueva y original para gestionar un Estado, ha derivado en la creación de 17 burocracias absolutamente ineficientes en lo que se refiere al gasto público -a la vista están los datos-, totalmente eficientes en la administración de recursos humanos (sobre todo en lo que se refiere a los recursos humanos de amigos y familiares), en el sostenimiento a duras penas de un Estado en el que el ministro de Educación tiene que pedir "por favor", casi suplicando, a los consejeros autonómicos del ramo que reconsideren sus normativas sobre el uso del castellano en "sus" territorios (después de ver el porcentaje de niños gallegos o catalanes que sólo hablan gallego o catalán), y en el fomento de fiestas como la de hoy, que de alegres no tienen nada. Vamos, que si Carlos V levantara la cabeza, volvería directo a su cripta con idea de no salir nunca más.
Quizá esa idea de desapego al conjunto del sistema sea el motivo de que en las Comunidades Autónomas como ésta, en las que por suerte no ha prendido el sentimiento nacionalista, la indiferencia popular hacia el día de la Comunidad sea tan significativa.
Una fiesta tergiversada políticamente desde hace décadas, que conmemora una revuelta que acabó en fracaso, en una purga de los rebeldes -incluyendo decapitaciones-, y que inició el absolutismo en España, no puede ser motivo de alegría. 
Pero en Villalar a estas horas, mientras Castilla y León agoniza, algunos ríen, bailan, cantan jotas, beben aguardiente y comen perronillas.

5 comentarios:

Dailea dijo...

En su momento tube problemas con profesores por no querer participar en las fiestas autonómicas.
Lo que siempre me ha parecido una auténtica estupidez es que se gaste tanto dinero en este tipo de celebraciones. Yo soy canaria, y siempre miré los carnavales pensando si realmente era necesario todo ese malgasto. Me alejo bastante de tu argumentación pero quería dar mi punto de vista sobre este tipo de fiestas.
Yo de momento los días autonómicos me quedo en mi casa bebiendome una fanta estadounidense y puede que algún vodka alemán.

Dailea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dailea dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dailea dijo...

Empecé hoy a leer "Descansa en paz" de J.A.Lindqvist y subrayé un párrafo que por algún motivo pensé podría gustarte:

'Abrió de nuevo el periódico. Algo divertido debía salir de aquello.
"Se vende vodka sueco con porno"
Dos mujeres de partido centrista arrojaban vodka sobre un número de Penthouse para manifestar su oposición. "Están indignadas" rezaba el pie de foto. David observó sus caras. Le dió la impresión de que parecían más bien amenazadoras, como si quisieran fulminar al fotógrafo con la mirada. El vodka caía sobre la joven desnuda de la portada.
Aquello era tan grotesco que resultaba difícil hacer algo divertido de ello. Al cabo de dos minutos tenía el esquema del texto y se puso a escribirlo a mano. Volvió a observar a las mujeres. Ahora sus miradas amenazantes se volvieron contra él.
-¿Piensas burlarte de nosotras y de nuestra actitud?-le dijeron-¿Y qué es lo que haces tú?
-Sí, sí-contestó David en voz alta al periódico- Yo, a diferencia de vosotras, por lo menos soy conciente de que soy un payaso.'

(Perdona las dos anteriores, no había manera de que me saliera el texto entero)

Anónimo dijo...

VIVA CASTILLA Y LEON Y LOS CASTELLANOS Y LEONESES!!!!!!